¡Pánico en el paraíso! Avistan un tiburón blanco gigantesco cerca de un destino turístico muy popular

16 diciembre, 2025

Un gigante a pocos metros de los bañistas

Un enorme tiburón blanco, apodado Contender, fue observado recientemente cerca de playas muy concurridas en la costa este de Estados Unidos. Con más de 4,2 metros de longitud y casi 750 kilos, su presencia ha despertado curiosidad entre científicos y vacacionistas. Sus movimientos, seguidos con GPS avanzado, revelan patrones migratorios que lo acercan a zonas donde miles de personas disfrutan del verano.

Contender, con una edad estimada de 30 años, ha recorrido casi 3.000 kilómetros desde Florida rumbo a Carolina del Norte. Esta trayectoria lo sitúa junto a áreas de baño populares, donde se practican actividades como kayak, bodyboard y natación. El animal fue marcado por investigadores de OCEARCH con un transmisor en enero, lo que permite registrar sus rutas cada vez que asoma a la superficie.

Tras unas semanas sin señal, el tiburón reapareció cerca de Pamlico Sound, un enclave apreciado por aficionados a los deportes acuáticos. Su desplazamiento refleja un patrón estacional frecuente: en primavera y verano, los grandes depredadores se mueven desde aguas cálidas del sur hacia el noreste de Estados Unidos y el Atlántico canadiense. Esto los acerca a zonas de recreo justo cuando la temporada de baño alcanza su punto álgido.

Las autoridades locales reforzaron la vigilancia costera, aunque subrayan que los ataques son raros y que los tiburones blancos rara vez representan un peligro real para los humanos. Aun así, recomiendan seguir protocolos básicos y evitar horarios de mayor actividad de los escualos.

  • Evitar nadar al amanecer o al atardecer.
  • No entrar al agua con sangre o peces capturados cerca.
  • Mantenerse alejado de bancos de peces y aves que se alimentan.
  • Nadar en grupos y cerca de socorristas.
  • No usar objetos brillantes que puedan atraer la atención.

Tecnología que desvela secretos del océano

El rastreo con GPS ofrece datos valiosos sobre la biología y el comportamiento de los tiburones blancos. Gracias a estos “pings”, los investigadores pueden inferir cómo el animal navega, caza y se adapta a lo largo de su ruta migratoria. Esta información ayuda a identificar áreas de alimentación críticas y corredores ecológicos que merecen especial protección.

La jefa de investigación y veterinaria de OCEARCH, la doctora Harley Newton, resalta que estas series de datos permiten entender los hábitats esenciales y las amenazas que los tiburones enfrentan. “Cada ping de Contender es una línea de vida científica: nos muestra dónde está, por qué podría estar allí y cómo podemos convivir con su presencia sin poner en riesgo a las personas ni al propio animal”.

Para el público, el OCEARCH Shark Tracker ofrece una ventana en tiempo real a la aventura de Contender. Ver el trayecto en el mapa fomenta un vínculo con estas criaturas y revela el equilibrio entre la fuerza de la naturaleza y la curiosidad humana. Los datos indican que los tiburones no están siempre en movimiento; pueden permanecer días en una misma zona si hay abundancia de presa. Este comportamiento permite delimitar áreas que requieren gestión específica.

Otro hallazgo sorprendente son los descensos a profundidades superiores a los 1.000 metros. Estas inmersiones, aún misteriosas, podrían relacionarse con la termorregulación, la navegación por gradientes ambientales o estrategias de caza en la columna de agua. Cada nueva serie de señales añade piezas a un rompecabezas que antes parecía impenetrable.

Un regulador del ecosistema ante mares cambiantes

Los datos de Contender y otros individuos marcados son cruciales para la conservación. Permiten evaluar cómo la actividad humana y el cambio climático alteran los ecosistemas donde estos depredadores dominantes se alimentan y reproducen. El tiburón blanco es un regulador clave: mantiene a raya poblaciones de presas, favoreciendo la diversidad y la salud del océano.

Estudios recientes muestran que el calentamiento de las aguas desplaza a las presas hacia latitudes más altas; los tiburones las siguen, apareciendo en lugares donde antes su presencia era poco habitual. Este desplazamiento coincide con áreas de turismo, ampliando el desafío para la gestión costera. En respuesta, científicos del Instituto de Investigación Marina de Noruega colaboran con colegas estadounidenses para comparar datos del Atlántico Norte. Este enfoque internacional ofrece una visión más completa sobre cómo los cambios climáticos afectan a los grandes predadores.

El sector turístico ya explora alternativas responsables. Algunas empresas organizan ecotours centrados en la educación y la observación segura, creando oportunidades económicas mientras elevan la conciencia sobre la protección de los tiburones. La clave es equilibrar la seguridad pública con la conservación, apoyándose en ciencia abierta, protocolos de prevención y comunicación clara.

La historia de Contender es un recordatorio de la grandeza y la fragilidad del mar. Al seguir su rastro, entendemos mejor las conexiones sutiles que sostienen a los océanos y nuestra propia responsabilidad en preservarlos. Con datos sólidos, educación continua y políticas coherentes, es posible disfrutar de la costa y proteger a uno de sus habitantes más icónicos.

Camila Torres

Camila Torres

Soy periodista y redactora en Diario22.ar, apasionada por las historias que conectan la actualidad con la gente. Me formé en comunicación social en Buenos Aires y desde entonces busco darle voz a lo cotidiano, con una mirada curiosa y humana. Creo que el periodismo no solo informa: también inspira y transforma.

Dejá un comentario