Para los entusiastas de Estados Unidos, el Nissan Skyline GT-R ha sido durante mucho tiempo el “fruto prohibido” del mundo automotriz — una fuerza dominante en las calles japonesas y en los circuitos globales que se mantuvo tentadoramente fuera de alcance durante décadas. Ahora, una oportunidad rara ha surgido en Cars & Bids para poseer una pieza de esa leyenda: un Skyline GT-R R33 de 1996 con especificación NISMO S1, terminado en el codiciado e iridiscente Morado Medianoche.
Esto no es solo un R33 estándar. Presenta el paquete NISMO S1 especializado, que ofrece un equilibrio refinado entre rendimiento y afinación respaldada por fábrica. Aunque muchos Skylines caen víctimas de cambios de posventa excesivos, este ejemplar es notablemente de buen gusto. El exterior se ve realzado por un parachoques delantero al estilo NISMO 400R, acentos de alerón en fibra de carbono y llantas TE37 de 18 pulgadas de Rays Engineering Volk Racing. En el interior, el conductor se encuentra con un cuadro de instrumentos NISMO y indicadores en la consola central, junto con asientos delanteros NISMO y un volante MOMO, todo ello reflejando su herencia de volante a la derecha y del mercado japonés.
Bajo el capó se halla el icónico motor de 2,6 litros biturbo de seis cilindros en línea (RB26DETT), acoplado a una fiable caja de cambios manual de 5 velocidades. Las mejoras S1-Spec incluyen turbocompresores BNR34, árboles de levas específicos S1 y un sistema de admisión NISMO, todo diseñado para un rendimiento en carretera “S-tune”. Aunque originalmente se estimaba en 276 caballos de potencia y 271 lb-pie de par, la adición de un escape Tomei y un catalizador de alto flujo SARD sugiere que este “Godzilla” respira aún más fuego del que indican las especificaciones de fábrica. Con aproximadamente 71.800 millas (115.500 km) y un título limpio de Florida, este icono en Morado Medianoche representa la cúspide de la cultura de tuning de los años 90.