El taichí chuan nació en China, cuando algunos maestros medievales aplicaron a las artes marciales la sabiduría de la medicina tradicional. De esta manera aprendieron a direccionar la energía generada por el cuerpo y a entender el comportamiento de nuestro organismo. 

Así floreció un arte que evolucionó de defensa personal a técnica terapéutica.

Origen del taichí chuan

Estrictamente, el taichí chuan se considera un arte marcial de origen chino, el más importante de los considerados de estilo interno (neigong), que se caracteriza por su especial atención al componente espiritual y terapéutico del ejercicio, hasta el punto de que puede ser practicado también como una técnica de meditación en movimiento. Su origen se remonta a quinientos años atrás y sus primeras referencias escritas datan de principios del siglo XVII, cuando las fuentes mencionan a la importante familia Chen, en cuyo seno es probable que surgiera este arte.

El término taichí chuan se suele traducir como «supremo puño definitivo» o «último gran puño». Tai significa «grande» o «supremo», aunque también hace referencia al «principio» o «final» de todas las cosas; chi o qi significa «energía», y chuan o quan significa «puño» o «boxeo».

El taichí está directamente relacionado con el principio energético universal representado por el taiji o taijitu (conocido en Occidente con el símbolo del yin y el yang) con el que se pretende explicar la creación a partir de la cosmogonía china y la alquimia espiritual taoísta, así como las leyes y principios que se exponen en el Libro de las Mutaciones o Libro de los Cambios, uno de los cinco clásicos del confucianismo escrito hace más de tres mil años.

 ¿Qué nos aporta el taichí?

El taichí chuan se compone de tres elementos fundamentales: fortalecimiento del cuerpo, aplicaciones marciales, meditación. Estos tres elementos se desarrollan en el taichí chuan a través del arte interno (neijiaquan) dirigido a la lucha cuerpo a cuerpo, ya sea armada o desarmada. No obstante, en nuestros días está considerado como una práctica físico-espiritual destinada a mejorar tanto la salud física como la mental. Por ello, y a diferencia de otras artes basadas en el combate, en el taichí no existe un sistema de niveles o de cinturones, como en el kárate o el judo, ni tampoco una vestimenta estandarizada, aunque su práctica aconseja el uso de ropa ligera y calzado de suela plana.

El taichí chuan se lleva a cabo mediante diferentes formas (taolu), que consisten en secuencias de movimientos denominadas cuadros, pasos o guras cuyo número varía en función de cada estilo, como veremos más adelante. Así, el tiempo de ejecución de una forma puede comprender desde unos cuantos minutos hasta hora y media, pues varía según la cantidad de movimientos y la velocidad con que se realizan.

Según el tao o dao, término usado por el taoísmo, el confucianismo y el budismo y que puede traducirse como vía o camino, el objetivo principal del taichí chuan es alcanzar el despertar y el retorno al origen, en cuyo recorrido se obtienen beneficios terapéuticos que mejoran la salud y, además, un e caz sistema de defensa personal.

Si bien es cierto que es importante aprender los movimientos y las rutinas de la manera más perfecta posible y que se deben integrar los principios básicos que rigen la práctica, cada persona llevará a cabo las formas de modo particular y diferente en función de su estado emocional o de su momento vital, del mismo modo que el taichí contribuirá a modificar y mejorar esas mismas emociones.

Las escuelas internas y externas

El taichí chuan, en tanto que perteneciente a la familia de las artes marciales chinas, se encuadra en la clasificación de sus dos corrientes: la escuela interna y la escuela externa.

-La escuela interna se identifica con el taoísmo de Lao Tse, que escribió el libro de poemas Tao te Ching, estableciendo las bases de toda su filosofía. El taoísmo ha estado siempre relacionado con las prácticas internas, la alquimia, la medicina y la búsqueda de la inmortalidad, aspectos en los que entronca con los preceptos del trabajo interno del taichí chuan. Por lo tanto, podemos afirmar que el taichí pertenece a la escuela interna, cuyos preceptos le aproximan a los principios filosóficos del taoísmo.

-En cuanto a la escuela externa, se dice que nació en el tempo de Shaolin (en la provincia Henan, China) de la mano del monje budista Bodidharma en el siglo, que creó un sistema llamado luohan del que derivó el choy lee fut, un sistema de combate o kungfú muy popular que convirtió a los monjes de Shaolin en guerreros invencibles. Las escuelas derivadas de Shaolin se caracterizan por posturas bajas y énfasis en puños, garras y palmas con patadas medias y bajas.

El taichí chuan puede ser practicado por cualquier persona adulta, pero es necesario que cada una encuentre el estilo con el que se sienta más identificada, así como un buen maestro del que aprender.

Fuente: Diario21.tv, Medline Plus y Archivo personal

Consultor Medico: Dr. Rene A. Triviño G. - M.P. 5812 - Medicina Integrativa