Los motores diésel siguen reinando con más fuerza que nunca: la sorprendente supremacía que arrasa en las carreteras

21 diciembre, 2025

La popularidad de los coches eléctricos crece sin pausa, pero en los trayectos realmente largos la película es distinta. Un recorrido de 2.500 kilómetros entre Berlín y Madrid, con dos Tesla de última generación, ha puesto a prueba costes y tiempos frente a alternativas diésel y gasolina. El veredicto resulta más matizado de lo que sugieren los titulares, y confirma que, por ahora, la eficiencia temporal sigue del lado del gasóleo moderno.

El equipo condujo un Tesla Model Y Long Range RWD y un Tesla Model 3 Highland Long Range, siguiendo la red oficial de Supercharger recomendada por el propio sistema de navegación. La ruta combinó tramos de autobahn y autopistas ibéricas, con paradas cortas y planificadas, priorizando la comparabilidad de la experiencia.

Cómo se hizo la prueba

Para obtener resultados realistas, los periodistas cargaron cada 200–300 kilómetros, sincronizando los repostajes eléctricos con pausas de descanso para café, baño y estiramientos que cualquier conductor responsable ya realiza. La red de Supercharger aportó potencia constante, facilidad de pago y mínima fricción en la logística.

La comparativa de costes usó precios promedio de combustible en la Unión Europea, tomando como referencia un gasolina de 7 l/100 km y un diésel de 5,5 l/100 km. Esa base permitió enfrentar euros por kilómetro de energía con una metodología simple y replicable. El objetivo no era batir récords de hipermiling, sino medir la realidad que vive un viajero convencional.

Los números del coste

Al final del viaje, el gasto en recarga con Superchargers fue 53,62 € inferior al coste del diésel de referencia, una diferencia tangible pero no abismal. Frente a la gasolina, el ahorro subió a 136,61 €, lo que confirma la ventaja de la electricidad sobre el combustible más caro. En autovías rápidas, la aerodinámica y la temperatura afectan el consumo, pero la factura eléctrica se mantuvo competitiva.

Además, el mantenimiento de un eléctrico suele ser más barato, con menos piezas móviles y sin cambios de aceite ni filtros de partículas. A igualdad de kilómetros anuales, el TCO (coste total de propiedad) favorece al EV cuando se optimiza la recarga. Esa ventaja se agranda si se dispone de enchufe doméstico con tarifa valle.

  • Ahorro frente a diésel: 53,62 € en el trayecto analizado.
  • Ahorro frente a gasolina: 136,61 € en condiciones comparables.
  • Mantenimiento: tendencia favorable a eléctricos a lo largo del ciclo de vida.

Tiempo y ritmo de viaje

Donde el diésel siguió imponiéndose fue en el reloj. Con menos paradas y un repostaje casi instantáneo, el tiempo total de puerta a puerta fue menor en la opción de gasóleo. Aunque las cargas se alinearon con descansos saludables, quien prioriza llegar “lo antes posible” continúa teniendo un aliado en el diésel. En tráfico denso o con viento frontal, la brecha temporal puede ampliarse, porque el EV necesita gestionar mejor la autonomía.

“En rutas largas, cada minuto cuenta, y el diésel todavía ofrece una simplicidad que el eléctrico compensa solo en costes, no en velocidad de viaje”, resumió uno de los probadores al final del recorrido.

Cómo mejorar el resultado del eléctrico

La estrategia de carga influye tanto como la tecnología. Ajustes sencillos podrían incrementar el ahorro y reducir la sensación de dependencia del enchufe:

  • Priorizar cargadores nocturnos más baratos, incluso a menor potencia, cuando el plan incluye pernocta en ruta.
  • Minimizar Superchargers costosos en horas pico y recargar más durante comidas o descansos prolongados.
  • Llegar con SoC bajo y salir con carga suficiente, evitando llenar al 100% si no es necesario por eficiencia térmica.
  • Mantener velocidades estables y aprovechar el preacondicionamiento del pack antes de cada carga rápida.
  • Usar planificadores que crucen precio, potencia y ocupación en tiempo real.

Con esta táctica, el diferencial de coste frente al diésel crece, acercando la propuesta del EV al ideal de viaje eficiente, aunque no siempre al más rápido.

¿Qué conviene a cada conductor?

Para profesionales que viven de la agenda, el diésel sigue siendo la opción más expedita en grandes distancias, por autonomía alta y repostajes de cinco minutos. Para familias con paradas planificadas y acceso a electricidad asequible, el eléctrico ofrece una ecuación de ahorro sólida y una conducción muy cómoda.

Quien recorra pocos kilómetros diarios y haga uno o dos viajes largos al año, puede beneficiarse del bajo coste por kWh y del silencio del EV sin grandes renuncias. En cambio, el viajero intensivo que mide su jornada por reuniones agradecerá la flexibilidad del diésel, sobre todo en zonas con red de alta potencia menos densa.

El mercado avanza rápido y los eléctricos ganan competitividad, pero el cronómetro todavía premia al gasóleo en la larga distancia. Para quien pone el tiempo por encima de todo, la balanza se inclina hacia el diésel de forma clara. Para quien optimiza costes y planifica, el eléctrico ya es una alternativa plenamente válida y cada vez más atractiva.

Camila Torres

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Soy periodista y redactora en Diario22.ar, apasionada por las historias que conectan la actualidad con la gente. Me formé en comunicación social en Buenos Aires y desde entonces busco darle voz a lo cotidiano, con una mirada curiosa y humana. Creo que el periodismo no solo informa: también inspira y transforma.

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