Con la llegada del buen tiempo, apetece volver al balcón y a la terraza sin el zumbido de los mosquitos. Existe una opción tan bonita como eficaz: un pelargonio aromático que perfuma el ambiente y mantiene a raya a los insectos, con muy poco esfuerzo.
Una fragancia que ahuyenta y decora
A menudo se confunde con el geranio, pero el auténtico protagonista es el pelargonio. Sus hojas liberan aceites esenciales de notas cítricas, como citronelol y geraniol, que resultan especialmente desagradables para los mosquitos. El efecto se intensifica al rozar el follaje.
Además de su poder repelente, luce flores finas y muy coloridas: rosas, malvas, rojas o blancas. Esa mezcla de aroma y belleza convierte cualquier balcón en un rincón acogedor, perfecto para veladas veraniegas.
¿Por qué plantarlo ahora?
El pelargonio ama el calor y teme las heladas. La primavera, cuando cesa el frío intenso, es el momento idóneo para que enraíce con vigor y arranque una floración temprana y continua.
Si lo plantas ahora, llegarás a mayo-junio con una mata fuerte, capaz de perfumar tus tardes y proteger la zona de estar. Retrasarte puede aplazar la floración y disminuir su efecto repelente.
Dónde colocarlo para que funcione mejor
Esta planta prospera al sol o en semisombra luminosa, en macetas o jardineras con buen drenaje. Colócala cerca de mesas, sillones y hamacas para crear un perímetro aromático donde más molestan los mosquitos.
Elige un sustrato ligero y fértil, enriquecido con algo de compost. Riega de forma regular pero moderada, dejando secar ligeramente la superficie para evitar el encharcamiento y la pudrición de raíces.
Variedades recomendadas y combinaciones útiles
Las variedades con follaje muy aromático son las más eficaces. Algunas recuerdan al limón, otras a la menta o la rosa, y todas comparten un perfume intenso que actúa como barrera natural.
- Pelargonium citrosum: clásico antimosquitos, aroma cítrico muy marcado.
- Pelargonium graveolens: notas a rosa, ideal para terrazas pequeñas.
- ‘Prince of Orange’: toque anaranjado, perfecto con lavanda.
- ‘Attar of Roses’: fragancia dulce, muy ornamental en jardineras.
Cuidados simples para una floración larga
El mantenimiento es mínimo. Retira las flores marchitas para estimular nuevos ramos y abona cada dos semanas con fertilizante para plantas de flor durante la temporada cálida.
Un ligero pinzado favorece una mata más compacta y llena de brotes. Vigila el exceso de agua y, si hace viento, asegura la maceta para evitar roturas de tallos frágiles pero muy floríferos.
Paso a paso de éxito
- Usa un tiesto con buen drenaje y sustrato aireado.
- Coloca la planta al sol de la mañana o luz filtrada.
- Riega cuando la capa superior esté seca.
- Aporta abono de floración cada 15 días.
- Pellizca puntas para más ramas y más flores.
- Resguarda del frío a final de otoño.
Invierno y multiplicación
Antes de las primeras heladas, resguarda tus pelargonios en lugar luminoso y libre de corrientes. Reduce el riego y mantén el sustrato ligeramente seco, evitando el exceso de humedad que los debilita.
También puedes hacer esquejes: corta tallos sanos, retira hojas bajas y enraíza en sustrato ligero. Es una forma económica de multiplicar plantas y conservar tus variedades favoritas.
Un aliado para un balcón eco-responsable
Al optar por un repelente vivo, reduces aerosoles y químicos que afectan a tu salud y al entorno. El pelargonio disuade a los mosquitos, pero atrae a polinizadores como abejas y mariposas, fundamentales para la biodiversidad urbana.
Combínalo con lavanda, albahaca o caléndula para un conjunto más eficaz y vistoso. Estas plantas suman aceites aromáticos y flores que animan el balcón durante muchos meses.
Aromas que cuentan historias
“Cuando el aire del balcón huele a cítricos, los mosquitos se marchan y la noche se llena de calma.”
Consejos extra para un balcón de revista
Sitúa varias macetas a distintas alturas para crear un “muro” aromático que interrumpa el vuelo de los insectos. En jardineras largas, alterna pelargonios con plantas de porte colgante para una composición dinámica y frondosa.
Elige macetas de colores que contrasten con el follaje: terracota para tonos cálidos, esmaltes verdes para resaltar hojas grises o plateadas. Un riego puntual al atardecer intensifica el aroma sin quemar las hojas al sol del mediodía.
Con su perfume cítrico, su floración inagotable y su estilo fácil de cuidar, el pelargonio transforma cualquier balcón en un refugio agradable y casi libre de mosquitos. Una decisión pequeña, natural y decorativa que se nota cada tarde de verano.