Con 92 años, Dudley Booth y su perro Loki, un Border Collie de 13, han convertido sus caminatas diarias en un gesto de amor, memoria y resiliencia.
Desde West Kelowna, en la Columbia Británica, salen cada día a sumar pasos que sanan el duelo y fortalecen el vínculo entre humano y animal.
La pérdida de su esposa, Wilda, en diciembre de 2023, transformó el paseo en un ritual para mantener viva su memoria y cuidar la salud.
Un viaje simbólico por Canadá
El proyecto consiste en “cruzar” el Canadá de punta a punta, siguiendo de forma virtual la ruta de la Transcanadiense.
Desde 2020, Dudley registra cada kilómetro en un mapa, y ya acumula más de 7.000 km caminados junto a su compañero.
«Cada vez que salimos, hago un nuevo mapa que muestra cuánto hemos caminado», comenta con una mezcla de orgullo y serenidad.
La fuerza de la rutina y la compañía
La rutina es sencilla: calzado cómodo, correa lista y un ritmo que respeta la edad del tutor y la madurez del perro.
Loki, con carácter leal y mirada atenta, acompaña cada paso con una presencia que calma el alma.
Más que ejercicio, el paseo es una conversación silenciosa donde la compañía del perro sostiene el ánimo y ordena la mente.

Duelo y memoria compartida
El vacío que deja el adiós a una pareja de vida no se llena, pero se aprende a llevar.
Para Dudley, mover el cuerpo es también mover la tristeza y convertirla en recuerdo que acompaña, no que detiene.
Cada ruta repite un gesto: pensar en Wilda, dedicarle el esfuerzo y agradecer por el camino que aún pueden recorrer.
Claves de una longevidad activa
Dudley atribuye su vitalidad a mantenerse activo, a proponerse metas claras y a celebrar cada avance, por pequeño que sea.
No busca marcas deportivas; busca una constancia amable que fortalezca el cuerpo y aquiete el espíritu.
Su ejemplo invita a otros mayores a crear una rutina propia, flexible y significativa, que cuide la salud integral.

- Definir un objetivo medible y amable, como sumar pasos o kilómetros.
- Escuchar al cuerpo: alternar días más suaves con días más activos.
- Cuidar la hidratación y pequeños descansos durante el camino.
- Buscar compañía: personas, grupos locales o un perro que motive a salir.
- Registrar el progreso en un cuaderno o mapa para mantener la motivación.
Una alianza que cuida a ambos
La vejez de Loki exige ritmos moderados, pausas frecuentes y atención a sus articulaciones.
La vejez de Dudley requiere calzado adecuado, estiramientos sencillos y chequeos de salud periódicos.
Caminar juntos les permite equilibrar necesidades y sostener una amistad que se vuelve medicina de ida y vuelta.
Comunidad, paisaje y gratitud
Los vecinos de West Kelowna ya reconocen a la pareja, y a menudo los saludan con gestos que amplían el ánimo.
Los cambios de estación renuevan los sentidos: el olor del pino, la luz que se filtra, el crujido de hojas bajo las botas.
En cada salida hay un pequeño ejercicio de gratitud, una forma de entrenar la esperanza y la paciencia.
Próximos pasos
En su travesía virtual ya han “llegado” a Nueva Escocia, pero no piensan detenerse.
Mientras las piernas sigan respondiendo y Loki mantenga su curiosidad, seguirán sumando mapas, recuerdos y kilómetros.
La meta no es la línea de llegada, sino la fidelidad al acto de salir, respirar y compartir un camino.
“Me encanta hacerlo y espero que anime a otros mayores a salir de casa y moverse”, resume, con esa calma luminosa que solo da un propósito bien elegido.