La legendaria vía férrea de Mendoza por fin reabrirá tras 30 años de abandono

16 noviembre, 2025

Entre viñedos y acequias, corrió un rumor que agitó memorias largas. Tras tres décadas de quietud, la antigua traza mendocina volvió a latir, removiendo polvo y silencio. En los pueblos del corredor, la expectativa se mezcla con una nostalgia serena y una energía nueva.

A lo largo del riel, cuadrillas levantan grava y pintan señales con precisión quirúrgica. Las estaciones tapiadas abren sus puertas, revelando maderas con olor a historia y metal vencido por el óxido. Vecinos con termos y cámaras se asoman a la obra como quien mira un destino que por fin se acerca.

Un regreso largamente esperado

El retorno del tren trae algo más que un servicio: devuelve pertenencia y ritmo. Donde el reloj quedó detenido, vuelve la idea de una comunidad que se reconoce en la llegada y la partida. “Lo que regresa no es solo el tren, regresa una manera de estar en juntos”, dice Marta, vecina que guardó la hora marcada en una estación pequeña.

El paisaje andino agrega un telón de altura a una obra que se siente íntima y colectiva. Cada bulón ajustado recuerda un movimiento interrumpido que ahora quiere seguir.

Obras y etapas clave

El plan se ejecuta por tramos, con limpieza de la traza, rectificación de curvas y refuerzo de puentes sometidos a esfuerzos de montaña. En sectores críticos se reemplazan durmientes y se estabiliza el terraplén con criterios de seguridad. La primera fase contempla circulación técnica con máquinas de mantenimiento y prueba de cargas antes del pasaje de pasajeros.

La segunda fase sumará frecuencias piloto y paradas en nodos claves, ajustando horarios según datos de demanda en horas de pico. Piezas antiguas se preservan como patrimonio, integradas a andenes y pequeños museos de sitio.

Impacto económico y social

La reactivación no es un gesto romántico: reordena flujos de personas y cargas con menos costos y menor huella de carbono. Para bodegas y pymes, significa previsibilidad logística y acceso a mercados con tarifas más estables. El turismo espera un efecto dominó: estaciones vivas, ciclovías paralelas y cartelería interpretativa.

La presencia ferroviaria mejora la seguridad urbana con iluminación, personal y tránsito de usuarios. Comercios de cercanía recuperan movimiento, y barrios antes aislados logran mejor conexión.

  • Menores tiempos puerta a puerta en hora pico y reducción de congestión.
  • Costos más previsibles que el combustible y menor exposición a vaivenes.
  • Integración con bicisendas y ómnibus, facilitando transbordos ágiles.
  • Estaciones como polos culturales con ferias, bibliotecas y talleres abiertos.

Movilidad combinada para una región dinámica

La discusión no es tren contra ruta, sino un sistema que combine modos con inteligencia. El ferrocarril ofrece alta capacidad y emisiones bajas por pasajero, mientras el bus mantiene flexibilidad en ramales finos. El auto seguirá presente, pero con incentivos al intercambio modal, los viajes serán más eficientes.

Coordinación horaria y boletos integrados permitirán saltos fluidos entre tren, bus y bici. La meta es mover más gente con menos recursos y un aire más limpio.

Patrimonio, paisaje y cultura

Donde hubo silencio, vuelven los silbatos y el vaivén de los ejes. Las estaciones restauradas serán pequeñas plazas cívicas, con espacios para cine, lectura y música de cuerda. La traza bordea viñas, álamos y acequias, componiendo una postal viva para lentes y cuadernos.

Los pueblos no quieren una postal congelada, sino un patrimonio activo. Un docente del corredor propone un aula itinerante sobre agua, clima y oficios, a bordo de un coche adaptado con guías locales.

Lo que hay que sostener

El desafío será mantener el servicio con un calendario de conservación previsible. Gobernanza clara, tarifas transparentes y datos abiertos blindarán la línea frente a vaivenes políticos. Un comité con Estado, operadores y comunidades puede asegurar continuidad y escucha constante.

También habrá que tejer horarios con ómnibus urbanos, biciestacionamientos y aparcamientos de intercambio. La información en tiempo real y canales de atención simples harán que el viaje sea confiable.

Una promesa que vuelve a latir

En Mendoza, donde el agua se administra con precisión de relojero, recuperar la vía que une valle y montaña es un acto de equilibrio y de futuro. El tren que vuelve no es el de ayer, pero actualiza una promesa hecha de acero y paisaje. Acercar distancias, encender estaciones y mecer el territorio con un latido ritmado es la verdadera puerta de reapertura.

Cada metro despejado cuenta una historia, y cada andén encendido abre una posibilidad. Así, la región ensaya una movilidad más justa y una economía más robusta, con un horizonte que suena a silbato y sabe a uva madura.

Camila Torres

Camila Torres

Soy periodista y redactora en Diario22.ar, apasionada por las historias que conectan la actualidad con la gente. Me formé en comunicación social en Buenos Aires y desde entonces busco darle voz a lo cotidiano, con una mirada curiosa y humana. Creo que el periodismo no solo informa: también inspira y transforma.

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