Tras 40 años de abandono, la estación fantasma más enigmática cerca de Córdoba reabrirá por fin

16 noviembre, 2025

La estación fantasma situada a pocos kilómetros de Córdoba se prepara para volver a la vida tras cuatro décadas en silencio. Durante años, solo el viento ocupó sus andenes y el eco de antiguos viajes parecía desvanecerse entre maleza y grafitis. Hoy, un proyecto integral promete convertir el olvido en oportunidad, suturando una grieta urbana con transporte, cultura y espacio público.

Una herida que se cierra

El cierre llegó con años de recortes y reorganización de líneas, cuando los servicios regionales se hicieron inviables. Desde entonces, el edificio resistió como un fantasma urbano, con techumbres vencidas y vías cubiertas de vegetación. Pero el abandono no fue olvido: la comunidad defendió su valor patrimonial y su ubicación estratégica.

Un plan con varias capas

La reapertura no se limita a que vuelvan a parar trenes, sino a crear un nodo de vida cotidiana. La intervención combina servicio ferroviario, usos culturales y espacios públicos que inviten a quedarse. El edificio se restaurará con criterios de conservación, respetando carpinterías, cerámicas y tipología original. Habrá un pequeño centro cultural con sala polivalente, archivo fotográfico y área de interpretación del ferrocarril.

  • Adaptación de andenes a normativa de accesibilidad con pavimentos podotáctiles e iluminación eficiente.
  • Paso inferior seguro con ascensores y señalética de alta legibilidad.
  • Integración tarifaria con buses metropolitanos y lanzaderas en horas punta.
  • Cubierta fotovoltaica, gestión de pluviales y empleo de materiales reciclados.
  • Cafetería de barrio y programación cultural estable todo el año.

Arquitectura y memoria viva

La restauración buscará equilibrio entre dignidad patrimonial y uso contemporáneo, evitando que el conjunto se convierta en decorado. La cáscara histórica se consolidará y los interiores se activarán con usos mixtos y flexibles. Una exposición permanente narrará la historia ferroviaria con mapas, fotos y testimonios orales.

“Este lugar no es solo un apeadero, es parte de quien somos, y verlo vivo nos reconcilia con nuestra propia historia”, cuenta una vecina que creció oyendo silbar locomotoras.

Movilidad y sostenibilidad

La estación renace como nodo de proximidad, capaz de reducir traslados en coche y ganar tiempo útil para estudiantes y trabajadores. Los trenes regionales recobrarán la parada, reforzada en horas punta con frecuencias coordinadas. El diseño apuesta por baja huella ambiental, con LED de bajo consumo y energía solar en cubierta. El carril bici conectará con ejes verdes cercanos, fomentando intermodalidad limpia.

Impacto económico y social

La reactivación impulsa la economía local en un radio de 500 a 800 metros, donde comercios y hostelería ven crecer su actividad. Los fines de semana atraerán visitas de proximidad, con rutas temáticas y pequeñas ferias en la nueva plaza. La integración tarifaria abarata el viaje cotidiano, consolidando al tren como alternativa real al vehículo privado.

Antes y después en clave ciudadana

La vuelta de los servicios transformará la percepción del entorno, hoy degradado y mañana amable. La plaza arbolada ofrecerá sombra, bancos y una fuente que invita a quedarse. Los paneles informativos devolverán el ritmo ferroviario con un lenguaje claro y sin ruidos.

Calendario y financiación

El proceso arranca con la redacción del proyecto ejecutivo y la licitación de obras. La Fase 1 consolidará estructura, cubiertas y fachadas, preparando el interior para usos civiles. La Fase 2 actuará en andenes, accesibilidad y sistemas ferroviarios, con pruebas previas a la explotación. La Fase 3 urbanizará el entorno y pondrá en marcha los usos culturales, con apertura escalonada de servicios.

La financiación combinará fondos europeos para rehabilitación sostenible, aportes de administraciones locales y partidas vinculadas a cercanías y regionales. Se reserva una bolsa para programación cultural de dos años, asegurando actividad más allá del billete. El seguimiento incluirá indicadores de movilidad, afluencia a actividades y rendimiento energético.

Una estación para quedarse

La estación no será un simple punto de paso, sino un lugar donde el barrio se reconoce. La cafetería abrirá al amanecer, mientras el primer tren llega y la plaza empieza a latir. En horas valle, talleres y cine de verano ocuparán el patio, y en horas punta el panel marcará el tempo de llegadas y salidas.

“Cuando vuelva a sonar la megafonía, sabremos que el barrio late distinto”, afirma un antiguo ferroviario con una sonrisa cómplice. Lo que un día fue fantasma será puerta y plaza al mismo tiempo, un cruce entre memoria y futuro que devuelve sentido al viaje de cada día.

Camila Torres

Camila Torres

Soy periodista y redactora en Diario22.ar, apasionada por las historias que conectan la actualidad con la gente. Me formé en comunicación social en Buenos Aires y desde entonces busco darle voz a lo cotidiano, con una mirada curiosa y humana. Creo que el periodismo no solo informa: también inspira y transforma.

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