Adiós definitivo a las hortensias: por qué los jardineros expertos recomiendan dejar de plantarlas ya

19 noviembre, 2025

En muchos jardines, las hortensias han sido sinónimo de romanticismo y de tradición. Durante décadas ofrecieron bolas de flores abundantes y colores hipnóticos, del rosa al azul. Hoy, sin embargo, numerosos profesionales recomiendan darles un descanso y apostar por opciones más resilientes.

Por qué pierden protagonismo

Las hortensias provienen de ambientes húmedos y templados, por lo que su bienestar depende de agua constante y sombra ligera. Con veranos más largos y olas de calor más intensas, estas condiciones se han vuelto difíciles de garantizar. El resultado es un ciclo de cuidados exigente y un rendimiento irregular.

Los jardineros describen un cóctel de factores que acelera su declive y encarece su mantenimiento. El suelo cambia, el sol quema y los patógenos encuentran un atajo con el calor. El coste ambiental y el gasto en riego se disparan sin asegurar floraciones espectaculares.

  • Olas de calor más frecuentes: hojas chamuscadas y flores que se marchitan en horas.
  • Sequías prolongadas: riegos diarios y consumo de agua elevado.
  • pH del suelo inestable: colores apagados y tonos verdosos si no se corrige.
  • Plagas y hongos recurrentes: oídio, pulgón y caracol más activos con calor.
  • Mantenimiento alto: podas específicas y protección frente a sol directo.

“Antes eran plantas agradecidas, pero ahora se agotan con el sol y piden agua constante”, comenta la paisajista María López. “Cada vez más clientes solicitan opciones duras y de consumo hídrico bajo.”

El impacto del clima y del riego

El estrés térmico reduce la floración y debilita el follaje, abriendo la puerta a ataques de hongos. El riego intensivo, además, genera suelos compactados y lixiviación de nutrientes. La planta entra en un círculo vicioso de gasto alto y resultados modestos.

El pH es otra pieza clave, ya que determina la pigmentación de las flores. Sin un sustrato adecuado y enmiendas regulares, los tonos pierden brillo y cambian sin control. Sostener el color suele requerir insumos constantes y ajustes finos.

Alternativas más sostenibles

Muchos paisajistas recomiendan especies mediterráneas o xerófitas, adaptadas a calor y sequía. Estas plantas lucen una estética actual y reducen de forma notable el consumo de agua. Además, promueven una biodiversidad vibrante al atraer polinizadores clave.

  • Lavanda: perfume intenso y atractivo para abejas, con riego mínimo.
  • Santolina: porte compacto y follaje gris decorativo, ideal para borduras.
  • Adelfa: floración generosa y tolerancia a contaminación urbana.
  • Buddleja: “arbusto de las mariposas”, de resistencia probada y floración larga.
  • Romero y salvia: aromáticas culinarias con flores para polinizadores locales.
  • Durillo: hoja perenne y floración invernal de interés estacional.

“En paisajismo urbano el futuro es eficiencia y bajo mantenimiento”, señala el especialista Jordi Martínez. “Las hortensias ya no son la columna vertebral del jardín, sino un acento puntual.”

Si no quieres renunciar a ellas

Quien desee conservarlas puede aplicar sombra parcial y riego por goteo. El acolchado orgánico ayuda a retener humedad y a moderar la temperatura del suelo. Un viento bien gestionado reduce el estrés hídrico y el golpe de calor.

Conviene elegir variedades más tolerantes, como Hydrangea paniculata o Hydrangea arborescens. Ambas soportan mejor el sol moderado y demandan menos agua que H. macrophylla. Plantarlas en contenedores permite un control de sustrato y pH más preciso.

Cómo planificar la transición

El primer paso es evaluar el microclima del jardín y la disponibilidad de agua. Define zonas de sol, semisombra y sombra, y asigna especies según su resistencia. Prioriza suelos bien drenados y riegos eficientes por sectores.

Sustituye gradualmente, combinando masas perennes con floraciones estacionales. Las mezclas de texturas y colores crean interés todo el año con poco esfuerzo. Integra grava, áridos y pavimentos permeables para reducir evaporación superficial.

El resultado es un jardín más coherente con el clima y más fácil de cuidar. Se gana en ahorro de recursos sin renunciar a la belleza vegetal. Así, el espacio se vuelve resiliente y listo para un futuro más seco.

Camila Torres

Camila Torres

Soy periodista y redactora en Diario22.ar, apasionada por las historias que conectan la actualidad con la gente. Me formé en comunicación social en Buenos Aires y desde entonces busco darle voz a lo cotidiano, con una mirada curiosa y humana. Creo que el periodismo no solo informa: también inspira y transforma.

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