Words by Gabrielle Leung for Hypeart
Una fila de londinenses se forma frente a Corsica Studios en una noche de viernes. El aire está cargado de humo, que asciende desde las chaquetas envueltas alrededor de cuerpos que se preparan para ocho horas seguidas de música, con fakemink, EsDeeKid y Slimzee sumándose a Evian Christ para una legendaria noche de TranceParty. Esta vez, es un evento de dos noches (“TP Weekender”) y una señal de tráfico te da la bienvenida a la entrada, cubierta con las inconfundibles figuras aerografiadas del artista britano-finlandés Alex Clayton, reconocibles por los carteles y diseños de la noche anterior del club.
Clayton es una figura enigmática pero prolífica en la escena musical underground. Ha realizado encargos para Yung Lean y sus camisetas pintadas a mano, de edición limitada, se agotan casi instantáneamente. Sus imágenes distintivas aparecen en portadas de álbums de artistas como Bloody Shield y en visuales de pantalla para Ice Spice. Aparecen en pinturas y en camisetas, camisetas de fútbol y beanies; sus figuras se mantienen en soledad, atrapadas en sus propios mundos, o enredadas entre sí, a menudo empuñando espadas o emergiendo de multitudes densas para sonreír de forma traviesa ante el espectador.
Encontrar la obra de Clayton en una noche de fiesta, en lugar de en un espacio de galería de cubo blanco, parece adecuado. “La mayoría de las personas que conozco e con las que hablo vienen de la música”, dice Clayton, cuando se le pregunta por las escenas de arte y música en Londres. “La escena musical está infinitamente más conectada, es más amistosa, apasionada y dispuesta a experimentar para seguir empujando los límites.”
Su práctica refleja esta energía multidisciplinaria: es normal que sus presentaciones difuminen las distinciones entre pintura y sonido, creando una experiencia compartida y más encarnada para ver o escuchar. A principios de este año, Clayton presentó una serie de camisetas de fútbol pintadas de clubes locales de Helsinki con elementos audiovisuales, incluyendo bandas sonoras originales de artistas como Clams Casino durante Helsinki Music Week.
“Hay muchos códigos aburridos e no escritos en el mundo del arte en general”, dice Clayton. “Procedo de un lugar donde adoro la música; para mí, unir estos mundos es algo natural. La forma en que escuchar una pieza de música con elementos visuales abre combinaciones infinitas es increíble: puede ser realmente una extensión de la experiencia artística.”
Para esta edición de Pen & Paper, Hypeart habló con el artista sobre navegar el mundo del arte, su enfoque multidisciplinario para crear y dejarse llevar por los intensos destellos de las luces estroboscópicas en la discoteca.
«El concepto de pintar algo muy bien fue intimidante y, a la vez, increíble para mí desde una edad temprana.»
¿Cuál fue tu primera aproximación al mundo del arte?
Mis recuerdos más tempranos de arte son desmayarme por los vapores de pintura durante una excursión de clase de arte y otra vez cuando hice un collage en la casa de mi abuela que seguiría montando una y otra vez pegando cosas y poniéndolo en el congelador para que se fijara. La sensación de crear esa obra de una manera que prácticamente tenía poco sentido, pero que emocionalmente lo tenía todo, probablemente encendió la chispa hace mucho, en cómo comencé a apreciar lo que puede hacer el arte y el puro placer de crearlo.
Tu práctica ha evolucionado a lo largo de los años, desde textiles y alfombras tufted hasta formas angulares en papel, pasando por aerografía figurativa y pintura al óleo, e incluso medios digitales. ¿Qué ha impulsado esa evolución entre medios?
Cuando empecé a hacer arte de forma consistente y regularmente, sentía que mi nivel de habilidad para convertir en vida lo que quería no estaba ni cerca de donde quisiera estar. Así que siempre, y sigue siéndolo, siento que estoy aprendiendo continuamente a acercarme a ese lugar. Hoy en día siento que el trabajo que puedo hacer asombraría a mi yo más joven, y trato de mantenerme en esa base, de lo contrario sería un ciclo interminable de perseguir al dragón.
Por eso, a medida que mi habilidad creció, también lo hicieron los medios con los que trabajaba. El collage simple y el trabajo textil me parecían más accesibles que el dibujo, sombreado o trabajar con la perspectiva. El concepto de pintar algo muy bien fue intimidante y cool para mí desde joven. Durante el confinamiento, mi novia me enseñó a hacer pinturas y dibujos simples en acuarela. A partir de ahí, año tras año, he buscado evolucionar mis habilidades de pintura para poder transmitir cosas muy particulares de mi imaginación.
Camila Torres
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