El arquitecto japonés Tadao Ando ha anunciado planes para un nuevo museo de arte en Dubái, que parece flotar sobre el arroyo de agua salada del emirato.
Inspirados por los elementos —agua, cielo, viento y luz—, las representaciones recientes del Museo de Arte de Dubái (DUMA), de cinco plantas, muestran muros blancos curvados rematados por aberturas triangulares que se estrechan hacia arriba. Al atardecer, la superficie del museo refleja los cambios de tonalidad del cielo del desierto, suavizando los bordes agudos y otorgando a la estructura una sensación más redondeada y atmosférica.
El interior, adornado con el característico toque minimalista de Ando, se sustenta en una poesía espacial y precisión, una danza de interacción entre concreto y luz. Las galerías de las dos primeras plantas giran en torno a un óculo central, que ilumina los senderos con un resplandor suave y perlado. Los niveles superiores albergarán un restaurante, una cafetería y un salón, enmarcados por ventanales de altura completa, que ofrecen vistas panorámicas del horizonte de la ciudad a través del agua.
Además de exhibir obras de arte contemporáneo de una amplia gama de nombres consolidados y emergentes, el museo acogerá una biblioteca, zonas de estudio y recursos educativos dedicados a apoyar a los jóvenes artistas.
Aunque aún no se han anunciado las fechas de apertura, el proyecto, liderado por el grupo Al Futtaim, se presenta como “mucho más que un hito arquitectónico”, sino como “una declaración cultural que refleja la apertura de Dubái a la creatividad y afirma su papel en la conexión entre culturas y la celebración del talento de todo el mundo”, dijo en un comunicado reciente el director ejecutivo del grupo, Omar Al Futtaim.
“En Dubái, su visión para el Museo de Arte se erigirá como un diálogo sereno entre la naturaleza, el agua y el espíritu humano, una obra maestra de la sobriedad y la emoción que encarna tanto la creatividad como la elegancia atemporal, capturando a la perfección la profundidad de su filosofía”, prosiguió.