Las personas más propensas a sufrir el síndrome postvacacional son aquellas que tienen una menor resistencia ante la frustración, los trabajadores que disfrutan de vacaciones más largas, trabajan en un entorno desagradable, no les gusta su trabajo, se consideran poco valorados por sus superiores o tienen un mal jefe.
Sus síntomas pueden variados, tales como: bajo estado de ánimo, decaimiento, apatía, ansiedad, falta de energía, sensación de hastió, percepción de no poder adaptarse al nuevo entorno laboral.
El síndrome postvacacional no suele durar más de 2 ó 3 de semanas;
Pero en ocasiones la presión de la vuelta al trabajo y/o a la rutina diaria puede causar estrés agudo con todos los signos: malestar, ansiedad, depresión, palpitaciones, sudoración, hiperventilación, taquicardias, temblores, cambios de humor, etc.
Si estos síntomas debidos a los cambios adaptativos se perpetúan más allá de un mes, pueden dar lugar a un verdadero síndrome de ansiedad generalizada o un estrés crónico. Ante lo cual es mejor consultar con un especialista.
Consejos para combatirlo:
-Reservar unos días al final de las vacaciones para una adaptación y programar el regreso a casa de forma anticipada y relajada.
-No volver de las vacaciones justo el día anterior a la vuelta al trabajo, sino varios días antes.
-Es recomendable reanudar las actividades extralaborales para adaptarlas lo antes posible a la rutina típica del periodo laboral y hacer actividad física para mantenerse activo durante las vacaciones.
-Adaptar los horarios a los habituales de forma suave y progresiva. Por ejemplo: podemos ir adelantando poco a poco la hora de acostarnos y levantarnos unos días antes del regreso al trabajo, para que después la incorporación laboral no nos cueste tanto.
-No acometer nuestras actividades habituales de forma brusca e intensa.
-Tomarse con calma la vuelta a la rutina también es un factor clave, evitando en la medida de lo posible, el estrés en el trabajo.
En definitiva, lo más importante es hacer que el cambio de las vacaciones al trabajo sea lo menos brusco posible y afrontar con actitud positiva la vuelta a la rutina para ayudarnos a combatir la desmotivación que supone “la vuelta a la realidad” después de las vacaciones.
Fuente: Diario22.ar, Medline Plus y Archivo personal
Consultor Medico: Dr. Rene A. Triviño G. - M.P. 5812 - Medicina Integrativa