En un hecho que conmocionó a la ciudad de Barranqueras, un joven motomandado fue víctima de un brutal intento de robo el pasado 8 de diciembre. Durante la madrugada, delincuentes le dispararon en las piernas mientras intentaban sustraerle su moto.
El joven, Alán Ignacio Nicolás Rodríguez, fue alcanzado por varios disparos que le provocaron graves heridas en sus miembros inferiores. En un primer momento, los médicos no daban muchas esperanzas de vida, ya que su estado era crítico, y se hablaba de horas o incluso minutos de vida. Sin embargo, a dos meses de esa tragedia, Alan sigue luchando y con la esperanza de poder volver a caminar, un objetivo que parece más alcanzable gracias a su constante evolución.
"En el momento en que me llamó para contarme que lo habían disparado, no sabía qué hacer. Cuando llegué al lugar, lo vi en el piso, sangrando. Me arrodillé y le pedí a Dios que no se muriera", relató María Itatí, novia de Alan, quien no dejó su lado en ningún momento de este proceso tan doloroso.
La joven recordó con emoción aquel instante, cuando su pareja se encontraba entre la vida y la muerte, y cómo sus oraciones por su vida parecían ser el único refugio en ese momento tan desesperante.
"Dios nos escuchó, él sigue vivo y aquí estamos, en este camino hacia la recuperación", agregó.
En los primeros días tras el ataque, Alan fue sometido a varias cirugías y se encontraba en una situación crítica. Los médicos eran pesimistas y señalaban que su recuperación sería incierta.
"Nos dijeron que las probabilidades de que vuelva a caminar eran casi nulas. Pero, poco a poco, fue mejorando. Ahora, esperamos con fe los tornillos para su columna que podrían darle la oportunidad de caminar nuevamente", explicó María Itatí, quien sigue apoyando a Alan mientras se prepara para una nueva intervención quirúrgica que podría cambiar su destino.
El joven, que inicialmente no podía mover sus piernas, ahora muestra signos de recuperación. Aunque los movimientos involuntarios y los pequeños calambres que experimenta alimentan la esperanza, aún está en proceso de recuperación. "Tiene movimientos involuntarios, y algunos días sufre pequeños calambres. Eso nos da un poco de esperanza de que, con el tiempo, pueda volver a caminar", detalló María Itatí, aliviada pero con una cautelosa esperanza.
"El proceso ha sido largo, pero aquí estamos, con la fe intacta. Ahora, esperamos los tornillos para su columna, y después, la operación", continuó. La joven contó que, además de la intervención quirúrgica, Alan sigue luchando contra otros problemas de salud, como las dificultades para respirar, que le han dejado las secuelas del disparo. Por ello, se encuentran esperando el alta médica y la instalación de los tornillos, que se prevé lleguen en las próximas dos semanas, un paso crucial para que Alan pueda continuar su recuperación.
Mientras tanto, la familia de Alan, junto con su novia, se esfuerzan por acondicionar su hogar para recibirlo lo más cómodamente posible. "Estamos remodelando la habitación y el baño para que cuando llegue a casa se sienta lo mejor posible. Mi suegra, que es enfermera, me ayuda mucho en todo este proceso", explicó María Itatí, quien no se separa de su pareja y trabaja junto a la familia para que su regreso sea lo más cómodo posible.
"Nos dijeron que en dos semanas llegarán los tornillos. Después, nos comunicarán cuándo será la operación. Estamos esperando a que todo esté listo", añadió, con la esperanza de que finalmente la operación sea un éxito y Alan pueda caminar nuevamente.
Este proceso, sin duda, ha sido un desafío para toda la familia, pero sobre todo, para la pareja de Alan, que se ha mantenido al pie del cañón. "Fue muy difícil escuchar esa llamada, pero nunca dejé de estar con él. Hoy, con cada paso que da, me siento más fuerte también", destacó María Itatí, quien sigue mostrando su amor y dedicación en cada detalle de la recuperación de Alan.
Hoy, después de meses de incertidumbre, Alan sigue luchando por recuperar la movilidad que perdió en aquel trágico intento de robo. "Nuestro sueño sigue en pie, tener nuestra casa. Esta es solo una etapa más, pero estamos juntos y eso es lo más importante", concluyó María Itatí, mientras sigue esperando el día en que su pareja pueda caminar nuevamente y retomar sus sueños.
A dos meses de aquel horrible ataque, lo que parecía un final inminente ahora se convierte en una historia de esperanza, resiliencia y amor, que está tocando los corazones de todos los que conocen a Alan y su familia. Su recuperación es un milagro, y aunque el camino aún es largo, la fe de quienes lo rodean sigue firme, con la esperanza de que, pronto, podrá caminar nuevamente.
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