David Pereira, móvil de NGFederal, estuvo en el lugar y reveló el alarmante estado de los Ecoquioscos. En su informe, detalló que las casillas, que en su momento fueron concebidas como un ejemplo de sostenibilidad, ahora están destruidas y utilizadas indebidamente. Vidrios rotos, pisos dañados y estructuras sin mantenimiento desde su inauguración son solo algunos de los problemas que enfrentan estos kioscos. Lo que una vez fue una obra emblemática se ha transformado en un espacio de riesgo, utilizado como refugio por personas que consumen drogas y realizan actividades inapropiadas.
Los vecinos no tardaron en expresar su indignación ante la situación. María, residente del lugar, lamentó el estado de los kioscos: "Es una lástima que algo que podría haber sido tan útil para la comunidad esté en ruinas", comentó, reflejando el sentimiento generalizado de frustración. Ester, otra vecina, mostró su desilusión por el dinero desperdiciado: "Es indignante ver que se gastaron 17 millones de pesos para dejar todo así", expresó, haciendo eco de la sensación de abandono.
Cabe resaltar que los 17 millones de pesos gastados, equivalieron a poco más de 1,8 millones de dólares. En el estado en el que se encuentran, y teniendo en cuenta la devaluación de nuestra moneda nacional en estos diez años, lo que ven los vecinos es un total de 1.800.000.000 de pesos actuales en total derroche, camino a ser ruinas modernas irrecuperables.
Hernán, uno de los transeúntes, también se mostró encantado por el abandono del proyecto y sugirió: "Sería interesante recuperar el lugar y darle una nueva vida, tal vez con un pequeño kiosco o algo que la gente pueda usar". Con este comentario, se evidencia su malestar por la falta de mantenimiento, pero al mismo tiempo, su propuesta para mejorar el espacio.
A pesar de las propuestas para revitalizar los ecoquioscos, no todos tienen claro qué hacer con ellos. Mirta, una visitante ocasional de Resistencia, se mostró sorprendida por el abandono y sugirió que es necesario tomar acciones para mejorar el parque y sus servicios.
La crítica general es clara: la inversión de 17 millones de pesos en los ecoquioscos fue mal gestionada. Los gobiernos provinciales y municipales no han sabido mantener el proyecto y, en lugar de ser un ejemplo de sostenibilidad y servicio para la comunidad, se ha convertido en un recordatorio del despilfarro de recursos.
Los vecinos del Parque de la Democracia han solicitado en reiteradas ocasiones que se recupere el espacio. Algunos proponen que los kioscos sean gestionados por emprendedores locales, para brindar un servicio útil a la comunidad y mejorar la imagen del parque. Este reclamo es solo una muestra de los problemas de mantenimiento de los espacios públicos en Resistencia, una ciudad que necesita una mejor gestión para garantizar la calidad de vida de sus habitantes.
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