El término whisky o whiskey deriva del gaélico escocés: uisge beatha y del gaélico irlandés uisce beathadh, que significa “agua de vid”.
El primer escrito sobre el whisky data de 1405 en Irlanda, donde era destilado por los monjes. También fue mencionado en Escocia en 1496. Sin embargo, se creía que el whisky ya existía desde hacía varios cientos de años, pero cuándo y dónde fue destilado por primera vez es desconocido y, debido a la poca documentación existente, el origen de la bebida es incierto. Es posible que la destilación fuera practicada por los babilonios en Mesopotamia en el 2o milenio AC, para producir perfumes.
El alcohol es perjudicial para la salud, en esto no hay mucho más debate: es malo y punto. Sin embargo, varios artículos científicos han analizado algunas de las propiedades que pueden ser beneficiosas para el cuerpo humano, si se consume con moderación:
Antioxidante. Esta bebida contiene un antioxidante llamado ácido elágico que puede contribuir a reducir el riesgo de desarrollar cáncer.
Dietas. Un trago de whisky puede ser ideal para las dietas porque contiene cero carbohidratos y cero grasas.
Ayuda a calmar los nervios. Probablemente la única aseveración para la que no haga falta un estudio científico.
Para diabéticos. Una copa de whisky tiene cero azúcares. Lo lógico es que no la mezcles con ningún refresco, claro.
Digestivo. Estimula la producción de pepsina, que es la enzima que se encarga de digerir las proteínas en tu estómago.
Fuente: Diario22.ar, Medline Plus y Archivo personal
Consultor Medico: Dr. Rene A. Triviño G. - M.P. 5812 - Medicina Integrativa