Evo Morales está siendo investigado por presuntamente haber mantenido una relación con una menor de edad mientras se desempeñaba como presidente de Bolivia. Las acusaciones, que incluyen delitos de abuso de menores y trata de personas, han sacudido nuevamente el panorama político boliviano, en medio de una profunda división entre los sectores que apoyan al expresidente y aquellos que lo critican abiertamente.
La investigación tiene su origen en hechos ocurridos en 2016, cuando Morales aún era presidente, y ha resurgido luego de que el actual Gobierno decidió reabrir el caso, que había sido archivado durante la gestión de Jeanine Áñez. En su momento, las denuncias no prosperaron judicialmente, pero ahora, bajo el gobierno de Luis Arce, el caso ha tomado un nuevo impulso, lo que generó una orden de aprehensión por parte de la Fiscalía al no presentar a Morales a prestar declaración.
"Este caso fue fabricado por el Gobierno de Jeanine Áñez, y su reapertura responde a un plan de persecución política en mi contra", expresó Morales en un comunicado difundido a través de sus redes sociales. "Me están utilizando como chivo expiatorio para encubrir otros problemas que enfrenta el país, pero no me dejará intimidar."
El exmandatario ha señalado repetidamente que este proceso es una revancha política, y que se trata de un intento por debilitar su figura y su legado. Morales, que ha sido uno de los líderes más influyentes en la historia reciente de Bolivia, dejó el poder en 2019 tras una crisis electoral y posteriormente se exilió en México y Argentina. A pesar de su salida del país, Morales mantuvo su influencia política y fue clave en el triunfo electoral de Luis Arce en 2020, quien fuera su ministro de Economía.
Los sectores opositores han aprovechado el caso para insistir en que Morales debe enfrentarse a la justicia. "Nadie está por encima de la ley, ni siquiera Evo Morales. Debe rendir cuentas por sus actos, como cualquier ciudadano", afirmó un legislador de la oposición en declaraciones a la prensa local.
Por otro lado, los seguidores del MAS y de Morales han denunciado lo que consideran un "ataque sistemático" contra su líder y han convocado a movilizaciones en apoyo al exmandatario. "Esto es parte de una estrategia para desestabilizarnos como movimiento político. Evo sigue siendo una figura clave para nosotros y no permitiremos que lo destruyan con calumnias", expresó uno de los dirigentes del MAS durante una manifestación en La Paz.
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