Muchas veces tomamos un café rápido, en el mejor de los casos con una tostada, y salimos corriendo al trabajo; O incluso a veces nos vamos de casa sin desayunar y terminamos haciéndolo a media mañana. La dieta mediterránea es de las mejores del mundo, no sólo porque está riquísima sino porque es muy saludable.
El fisiólogo norteamericano Ancel Keys (1904-2004) y su equipo internacional de investigadores establecieron en la década de los 50 del siglo XX el concepto médico-nutricional de “Dieta Mediterránea”. Su trabajo comparativo de la prevalencia de enfermedades coronarias y cardiovasculares en siete países del mundo: Japón, Finlandia, Holanda, EUA, ex- -Yugoslavia, Italia y Grecia. Determinándose menor prevalencia de enfermedades cardiovasculares y una mayor longevidad en los países mediterráneos.
¿Qué contiene un desayuno mediterráneo?
El desayuno mediterráneo suele contemplar café, infusiones o leche con cacao, zumo de naranja natural, tostadas con aceite de oliva y tomate, embutidos, fruta, y yogur natural.
Grasas saludables: sin lugar a dudas la reina de las grasas saludables es el aceite de oliva virgen. Imprescindible en nuestras tostadas y no sustituible por mantequilla o margarina, ricas en grasas saturadas.
Hidratos de carbono: los encontraremos en el pan y en los cereales, sobre todo los integrales.
Calcio: leche, yogures o queso. Podemos añadir queso a las tostadas o bien preparar un yogur natural con miel y cereales.
Proteínas de alto valor biológico: si añadimos a nuestras tostadas con aceite y tomate una loncha de jamón serrano de calidad vamos a tener proteínas, que serán clave para evitar que poco después del desayuno volvamos a sentir hambre.
Vitaminas y fibra: las frutas nos van a proporcionar las vitaminas que necesitamos: desde el tomate de la tostada, hasta un kiwi, melón, piña… Cuidado con el zumo de naranja, aunque es saludable y nos aporta vitamina C, al exprimir la naranja perdemos buena parte de la fibra, que se queda en la piel y la pulpa.
Cafeína: el café y el té: nos aportan dosis de cafeína que, en la medida adecuada, son muy beneficiosas para el organismo, en especial al comenzar el día.
En definitiva, el desayuno de la dieta mediterránea cumple unos requisitos para poder ser considerado de calidad y completo. Gracias a él, se aportan los nutrientes básicos para comenzar la jornada, como hidratos de carbono complejos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y fibra, así como una adecuada hidratación.
Fuente: Diario22.ar, Medline Plus y Archivo personal
Consultor Medico: Dr. Rene A. Triviño G. - M.P. 5812 - Medicina Integrativa