De hecho, en los últimos años ha tomado fuerza una teoría que sugiere que la comida, especialmente la rica en carbohidratos, azúcar o sal, puede generar una dependencia igual a la que produce la nicotina, el alcohol u otras sustancias psicoactivas.
Al ingresar en nuestro organismo generan la producción de endocanabinoides, sustancias que provocan una conducta glotona.
Los alimentos ricos en grasas son los que más contribuyen al aumento de peso y la obesidad, pero también son los más irresistibles. Una investigación llevada a cabo en Estados Unidos estableció que cada vez que los consumimos nuestro intestino produce una sustancia (similar a los compuestos que contiene la marihuana) que provoca nuestra conducta glotona.
Estas sustancias, llamadas endocanabinoides, se producen únicamente cuando consumimos alimentos grasos, según estudios científicos llevados a cabo en la Universidad de California, en Irving. De acuerdo a lo que explicaron lo investigadores en Proceedings of the National Academy of Sciences (Actas de la Academia Nacional de Ciencias), estos hallazgos podrían con el tiempo conducir a una estrategia para reducir el ansia por los alimentos grasos bloqueando la producción de estas sustancias.
Los productos grasos provocan la liberación de endocanabinoides, que generan ansias de comer más. Los endocanabinoides son un grupo de moléculas grasas que están involucradas en varios procesos fisiológicos como el apetito, la sensación de dolor, la memoria y el estado de ánimo. Son sustancias similares al cannabis, pero producidas de forma natural por el propio organismo.
Como estos compuestos actúan tanto en el cerebro como en el resto del organismo, desde hace tiempo están siendo investigadas por su potencial para tratar varias enfermedades y adicciones.
“Ésta es la primera demostración de que las señales de los endocanabinoides en el estómago juegan un rol importante en la regulación del consumo de grasas”, dijo entonces el doctor Daniele Piomelli, profesor de farmacología y director del estudio que se llevó a cabo en ratones.
En él se comprobó que cuando los animales comen un producto graso un grupo de células en su aparato digestivo comienza a producir endocanabinoides. Este efecto, sin embargo, no se vio con azúcares o proteínas.
El proceso, explican los científicos, comienza en la lengua, donde las grasas generan una señal que viaja primero al cerebro y después hacia el nervio vago, un conjunto de nervios que va desde la faringe hasta el intestino. Allí la señal estimula la producción de endocanabinoides los cuales conducen a un aumento en las señales celulares que provocan el ansia por seguir consumiendo alimentos grasos.
Los científicos creen que este mecanismo involucra la liberación de compuestos digestivos vinculados al hambre y la saciedad, por eso sentimos el ansia por comer más.
La evolución:
Los científicos no saben aún por qué este mecanismo se desata únicamente con las grasas y no con otro tipo de alimentos, como proteínas o azúcares. El profesor Piomelli cree que quizás este proceso ha sido una respuesta evolutiva de los mamíferos. “Los animales tienen una necesidad imperiosa de consumir grasas que, aunque son escasas en la naturaleza, son cruciales para el adecuado funcionamiento de las células”, explica.
“En la sociedad humana contemporánea, sin embargo, las grasas están ampliamente disponibles y la necesidad innata de comer alimentos grasos ha conducido a la obesidad, la diabetes y el cáncer”, agrega Piomelli. Es decir, este mecanismo natural que alguna vez ayudó a los mamíferos a sobrevivir, ahora está provocando el efecto inverso.
Los investigadores creen que el hallazgo podría conducir a un tratamiento potencial para suprimir la ansiedad por comer alimentos grasos; Por ejemplo, con un fármaco que pueda obstruir la actividad de los endocanabinoides.
Fuente: Diario22.ar, Medline Plus, Wikipedia y Archivo personal
Consultor Medico: Dr. Rene A. Triviño G. - M.P. 5812 - Medicina Integrativa