Algunos autores afirman que empezaron a crecer de forma salvaje y espontanea en el Mediterráneo. Hay otros (la versión más difundida) que su origen está en el sureste asiático e India oriental. No se descarta que ambas versiones fuesen ciertas y contemporáneas, sin embargo, se suele escuchar más la segunda.
Sea como sea, ya los egipcios las cultivaban. Y con la llegada de los romanos al Egipto de Cleopatra, quedaron embelesados por el sabor intenso de estas hortalizas de hojas verdes y todas las propiedades de las escarolas. Al expandirse el imperio romano, también lo hicieron sus cultivos, incluyendo las escarolas en las zonas donde el clima fuese idóneo.
Propiedades nutricionales:
Doble función digestiva y estimulante: Por un lado, estimula el apetito, haciendo que, de manera natural, empecemos a tener hambre. Por otro, y complementario con esto, facilita el funcionamiento biliar, haciendo que la digestión de grasas en particular, sea más rápida. De esta manera, hace trabar menos al intestino y al hígado.
Las hojas de la escarola son ligeramente amargas, nacen del cuello de la planta y están divididas en segmentos estrechos y retorcidos y sus extremos son muy dentados. Los principios amargos de sus hojas (intibina), estimulan el apetito, favorecen la digestión y aumentan la actividad de la vesícula biliar”. Resulta aconsejable el consumo de escarola para aquellas personas que padecen trastornos de la vesícula biliar, hígado perezoso, dispepsia, pérdida del apetito etc.
Laxante: otro de los beneficios de las escarolas es que ayudan a combatir el estreñimiento. Cuando nos encontramos en esta incómoda situación, la escarola y su aporte de fibra ayuda a que se estimule el intestino y vuelva a funcionar con normalidad.
Cuida la sangre y el corazón: generalmente estas dos cosas van de la mano. Entre los beneficios de las escarolas encontramos que ayudan a dilatar los vasos sanguíneos, controlando la presión. Además, ayuda a evitar trombosis y otros problemas cardiovasculares que pueden causar.
Mucha vitamina A: esta vitamina no se suele encontrar tan a menudo en las verduras, pero las escarolas la tienen en cantidad. La vitamina A ayuda a mejorar la vista, mantener sanos nuestros ojos, la piel e incluso el cabello. Básicamente la vitamina a aporta gran parte de las propiedades de las escarolas más importantes.
Otras vitaminas y minerales: no solo de vitamina A vive la escarola. Otro de los beneficios importantes de las escarolas se debe a su gran aporte de vitaminas y minerales importantes como es la vitamina C y B, y minerales como el potasio y magnesio.
Dietas: La escarola es un alimento compuesto prácticamente por agua y con un escaso contenido calórico que la hacen idónea en dietas destinadas a combatir problemas de obesidad. La escarola es una verdura de bajo poder calórico (solamente 24 Kcal por cada 100 gr), como la mayoría de verduras, esto es debido a su bajo contenido en nutrientes energéticos. Su contenido en hidratos de carbono es muy bajo, unos 3 gramos por 100gr de porción comestible, y el de lípidos es prácticamente inexistente, y es muy rica en agua. De hecho, cerca de un 95% de su composición es agua, de ahí que sea un alimento ligero, pero saciante por su contenido en fibra.
Multivitamínico: Asimismo, según la Fundación Española de Nutrición, se trata de la verdura más rica en vitaminas, como la C y la B, indispensable entre mujeres embarazadas. Asimismo, también está presente la vitamina K, necesaria en la coagulación de la sangre. Además, también ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.
También es una planta rica en calcio, aunque el de los vegetales no se absorbe tan bien como el de los productos de origen animal, como la leche. Este, junto al fósforo, son beneficios en la salud de dientes y huesos.
La escarola también es rica en potasio, que favorece el buen funcionamiento del sistema nervioso.
Antioxidante: La escarola, al igual que el resto de vegetales, es una fuente importante de sustancias antioxidantes como son la vitamina C, beta-caroteno (provitamina A), flavonoides, quercetina, kaempferol, luteolina y apigenina y compuestos fenólicos como los ácidos cafeico y ferúlico.
Los antioxidantes bloquean el efecto dañino de los denominados radicales libres, es decir contra los residuos que genera nuestro organismo al entrar en contacto con diversos factores dañinos como los conservantes de la dieta, el humo de la contaminación atmosférica, etc. Se ha demostrado la ayuda de estas sustancias en la protección frente a enfermedades como el cáncer o en la prevención de la arteriosclerosis, las enfermedades de nuestro siglo.
Fuente: Diario22.ar, Medline Plus y Archivo personal
Consultor Medico: Dr. Rene A. Triviño G. - M.P. 5812 - Medicina Integrativa