El Papa Francisco presidió, con más de trescientos concelebrantes entre cardenales, obispos y sacerdotes, la misa de Pascua en el atrio de la basílica vaticana decorado con miles de flores fruto de la generosa contribución de floristas holandeses con la colaboración de los trabajadores del Servicio de Jardines y Medio Ambiente.
Durante la liturgia, que comenzó con el rito del Resurrexit, numerosos fieles romanos y peregrinos de todo el mundo llenaron la plaza de San Pedro desde primeras horas de esta mañana de Pascua de Resurrección.
Tras haber suspendido su participación en el Vía Crucis, el Santo Padre propició la Eucaristía en este Domingo de Pascuas, y no dejó pasar la oportunidad para brindar un claro mensaje de Paz y la finalización de la Guerra en países como Ucrania y Rusia, y la guerra de la Franja de Gaza.
“No permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes sobre Europa y sobre el Mediterráneo”, al evocar los conflictos en Ucrania y en Gaza. “La guerra es siempre un absurdo y una derrota. No permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes sobre Europa y sobre el Mediterráneo. Que no se ceda a la lógica de las armas y del rearme”, alertó el papa.
Y agregó, “la paz no se construye nunca con las armas, sino tendiendo la mano y abriendo el corazón”.
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