Paraguay, un país rico en cultura ancestral mantiene su idioma nativo como oficial y su Constitución se reconoce como una nación Bilingüe. El Guaraní y el Castellano conviven de generación en generación pero, además, el conjunción de ambas lenguas dio lugar al nacimiento del "Jopará", que básciamente es la mezcla de ambos.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) el 36.7% de la población paraguaya habla el famoso "jopará" en sus hogares, mientras que el 31.6% habla sólo en guaraní y el 29% únicamente Castellano. Sin embargo, se puede afirmar que el 87% de la población puede comunicarse utilizando el Guaraní.
El término “jopará” hace referencia a una palabra que combina el lenguaje guaraní con el español y significa mezcla, a medidas, medianamente o combinación.
El jopará, también llamado “tercera lengua” (distinta al castellano y al guaraní) o “lengua viva” (en contraposición a ¿lengua muerta?), no goza hasta hoy de una definición unívoca. En su realidad sociolingüística mayoritaria, en sus escurridizas teorizaciones y en sus descalificaciones oficiales, el término exhibe, como pocos, las distancias que existen entre el dicho y el hecho, porque mientras en el Paraguay se exalta al Guaraní como estandarte nacional e instrumento de inclusión y cohesión, en el mismo movimiento se le resiste a la boca que lo habla como lo habla.
Se puede decir, sin embargo, que el Jopará es la lengua de la discordia entre fervientes defensores del Guaraní e intelectuales de la Lingüística. Esto, en medio de discursos, propuestas y políticas lingüísticas que a priori se fundamentaban en valores ligados a la autenticidad, la identidad y la inclusión.
Representa una de las raíces más profundas de la identidad nacional. Es la lengua materna del Paraguay y declama la comunicación de confianza de todo el pueblo, transmitida con el paso de las generaciones.
El 25 de agosto de cada año se celebra el Día del Idioma Guaraní, en recordación de que se dió una calidad jurídica al guaraní al reconocerlo como lengua nacional del Paraguay por medio de la Constitución Nacional.
Para especialistas de la lengua, este bello y único idioma es un vehículo de relacionamiento de confianza del pueblo.
Dulce, directo como pocos, y capaz de robar una risa con una sola palabra, el guaraní guarda la contundencia y la capacidad aglutinante de un idioma que sobrepasa las convenciones para embanderarse como un símbolo de la identidad paraguaya.
Fue consolidado en la Carta Magna del año 1992 con la disposición de la obligatoriedad de la enseñanza en la lengua materna del educando.
En el país vecino, oficialmente bilingüe, más del 87% de la población habla guaraní, una lengua de tradición oral que lleva 500 años siendo transmitida de generación en generación, sin perder su fuerza, pese al uso del jopara, la combinación del guaraní y el castellano.
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