Si las primeras estaban hechas de madera y necesitaban de una persona que las moviera accionando una manivela, las últimas cuentan con programas para tratar distintos tipos de tejidos.
Las lavadoras aparecieron a principios del siglo XIX. Uno de los primeros modelos fue el que patentó James King, un inventor de Estados Unidos, en 1851. Contaba con un tambor para lavar la ropa. Por él se introducía el agua y el jabón, y la vestimenta se limpiaba por el efecto de la agitación con la mezcla.
No fue hasta el siglo XX cuando llegó la lavadora eléctrica. Fue inventada por Alva J. Fisher, y la Hurley Machine Company de Chicago (Estados Unidos) empezó a comercializarla en 1908. Otra de las empresas que empezó a producirlas fue la Upton Machine Company, precursora de Whirlpool. Fundada en 1911 por Louis Upton, Emory Upton y Lowell Brasfor en la ciudad de Benton Harbor, en Michigan (Estados Unidos), la compañía patentó en 1938 el primer modelo que agitaba el agua y la ropa con un motor. Antes de desarrollar este sistema era necesario emplear una pala para quitar la suciedad que se quedaba en la máquina. La empresa fue rebautizada como Whirlpool en 1950. Su sede central permanece en la citada localidad de Estados Unidos. Es una de las principales multinacionales del sector, con ventas de 14.107 millones de euros en 2013. Cuenta, además, con 69.000 empleados y 59 centros productivos en todo el mundo.
La siguiente evolución fue la invención de la lavadora automática: los aparatos se llenaban y vaciaban de agua de forma automática en vez de con una manguera. El primer modelo del mercado fue la Lavamat, que el fabricante alemán de electrodomésticos AEG patentó en 1958. A diferencia de sus predecesores, no solo limpiaba la ropa. También la escurría, ahorrando esta tarea a los hogares. La empresa, que había empezado a vender sus electrodomésticos en el país a finales de los años setenta, forma parte del grupo Electrolux, después de que la multinacional adquiriera la compañía en 1994. Con sede central en Estocolmo (Suecia), cuenta con 61.000 empleados y vende sus productos a más de 150 países.
Historia:
Siglo XIX. Aparecen las primeras lavadoras, accionadas a mano por medio de manivelas.
1851. James King, un inventor de Estados Unidos, patenta un modelo dotado de un tambor giratorio.
1908. La Hurley Machine Company de Chicago (Estados Unidos) empieza a comercializar lavadoras eléctricas.
1911. Fundación de la Upton Machine Company, rebautizada como Whirlpool en 1950.
1958. AEG patenta la primera lavadora automática.
1966. Balay es la primera empresa que comercializa lavadoras automáticas en España.
1990. Comercialización de los primeros modelos dotados de programas para funcionar con distintos tipos de tejidos.
2008. La Universidad de Leeds (Reino Unido) patenta una lavadora que solo necesita un vaso de agua para funcionar. Para ello usa un granulado de plástico que limpia la suciedad.
Los costes de fabricar estos electrodomésticos también se han reducido. Y con ello, su precio ha caído en picado. “Si en los años setenta una de ellas se podía comprar con un par de meses de trabajo en aquella época, hoy en día su precio actual equivale al salario ganado en 10 a 20 días de trabajo por alguien.
En los años noventa llegaron al mercado las lavadoras con programas de lavado. Gracias a los microprocesadores que se incorporaron a las máquinas, el usuario podía escoger el más adecuado para cada tipo de tejido. AEG empezó a comercializarlas a principios de la década, y Balay lo hizo entre 1998 y 1999. Los modelos que tiene a la venta, por ejemplo, cuentan con programas para lavado de ropa con algodón a temperaturas de 40 y 60 grados.
Un electrodoméstico que no solo ahorra a las familias la tarea de limpiar la ropa a mano, sino que trata cada vestido de la mejor forma posible.