Vivir de la pesca requiere un sacrificio que se vuelve cuesta arriba cuando no hay una estabilidad en los precios que apoye esta profesión.
Algo que para muchos es un deporte, para las personas que viven de la pesca significa todo un esfuerzo que de nada sirve si a la hora de reponer sus herramientas no pueden contar con el ahorro suficiente para hacerlo.
Sumando a todo lo anterior, la precariedad laboral y la imposibilidad de poder blanquear sus emprendimientos margina a los pescadores, privándolos del acceso a una obra social y de poder tener una regulación en los precios que promueva la competitividad entre los mismos compañeros de oficio.
Graciela Narváez, presidenta de la Asociación de Canoeras de Vilelas, cuestionó en diálogo con NG Federal que “los precios se fueron por las nubes” además de que “hay sectores que venden a precios accesibles, pero hay otros que no y tienen que acopiar pescados para sustentar a su familia”.
En ese tono, criticó que “algunos trabajadores no tienen las herramientas para salir a pescar” a raíz de algún desperfecto que los deja imposibilitados para continuar con sus tareas, por los altos costos que implican reparar o comprar lo necesario.
“Tienen que estar 5 o 6 días acampando para poder conseguir pescados más teniendo en cuenta que la subida del caudal del Río no ayuda y hay escasez perjudicando a los trabajadores. Hay muchos de los pescadores que se dedican exclusivamente a esto, pero cuando no hay pescados no tiene como alimentar a su familia y la economía no ayuda”, sostuvo Narváez.
Siguiendo con esa perspectiva, insistió en que “los hermanos pescadores nunca tuvieron apoyo”.
“No tienen obra social, no hay regulación de los precios ni tampoco inversión en herramientas para que los pescadores puedan trabajar”
Según explicó Narváez, el precio de “un motor y una canoa es el mismo que un coche”, por lo que a los pescadores no les queda otra que buscar “todas las formas posibles” para salir de esta mala situación, siendo que “hay familias que no tienen un plato de comida”. “Ahora en tiempo de elecciones nadie se acerca a ver que necesitan”, criticó.
“Es muy triste la vida de los pescadores, tienen que elegir entre darle de comer a sus hijos o comprar herramientas para su trabajo”