Cuando este 21 de marzo el otoño se emparde con el último tramo de la temporada estival, las playas de Capital alcanzarán la cima de un ciclo récord marcado por el sostenido crecimiento de visitantes, con más de 450.000 personas llegadas desde distintos puntos del país para disfrutar de los cinco balnearios habilitados en la ciudad.
Arazaty I y II, Malvinas I y II, así como Molina Punta, recibieron a bañistas locales y foráneos en un contexto de transformación que la capital correntina comenzó a experimentar antes de la pandemia y terminó de consolidarse este año: dejó de ser una ciudad de paso para convertirse en un destino elegido para vacacionar por varios días.
El dato estadístico más revelador indica que los visitantes mantuvieron un promedio de cinco días de permanencia en la ciudad, detalle que se ratifica con la ocupación hotelera y un nuevo parámetro proporcionado por los nuevos conceptos de alquiler temporario con la multiplicación de ofertas de alojamiento en la aplicación Airbnb.
Una recorrida por los puntos preferidos por los turistas permitió detectar a las playas, valoradas como las más amplias y accesibles del norte argentino, ofreciendo no solamente la oportunidad de un chapuzón, sino la gran opción del deporte acuático, desde la natación hasta el canotaje, pasando por el kitesurf.
Los paisajes de un idílico atardecer con la puesta del sol en las arenas correntinas son parte del momento que los amantes de la naturaleza resaltan, incluso en las páginas turísticas mediante comentarios y calificaciones positivas. Se hace hincapié también en tales foros en el detalle (no menor) de que en Corrientes existe una playa amigable con las mascotas, con la posibilidad de acceder junto a ellas sin que esa opción represente un problema para otros bañistas.
La seguridad, con el cuerpo de guardavidas entrenado para todo tipo de contingencias, garantiza tranquilidad junto con la Guardia Urbana y la Policía Turística, presencias disuasivas que profundizaron el criterio preventivo en el perímetro ribereño. A esto se suma la posibilidad de que los bañistas arriben a la zona en transporte público gratuito, otro punto a favor en materia de servicios y ordenamiento vial.
¿Y los paradores? Resistidos por ciertos sectores en su momento, se consolidaron como una opción para compartir un tentempié con amigos en un espacio que combina la mejor vista del río con música y relax, sin necesidad de alejarse de la playa y con todo a disposición, ya sea para volver al agua o subir a la costanera, donde las caminatas se transforman en la mejor alternativa para cuidar el cuerpo sin la exigencia de actividades más vertiginosas, especialmente cuando la temperatura supera la barrera de los 30 grados y estar cerca del río marca la diferencia.
Todo forma parte de un combo en el cual los servicios garantizados por el Municipio se compaginan con un contexto de belleza natural que difícilmente pueda ser equiparado por otros puntos turísticos de la región. Esta suma de cualidades se extiende en el tiempo en razón de que la capital correntina ofrece la temporada de playas más prolongada del país: comienza en octubre de cada año y permanece con sus costas habilitadas durante siete meses hasta el 30 de abril, en horario extendido de 8 a 20, y con costos que se adaptan a todas las posibilidades económicas.
Diario22 con Diario Época