Un trabajador rural, quien conoce de trabajos con ganado, mezcladores de alimentos, tambo, alambrado y manejo de tractores, llegó a la localidad cordobesa con una promesa de laburo asegurado.
Marcos Sandoval, de 37 años, padre de dos niños y oriundo de la ciudad de General San Martín, gastó todos sus ahorros para viajar a Río Cuarto, confiado de conseguir un trabajo acorde a sus capacidades.
Al llegar a Córdoba, recibió un llamado anónimo de quien fuera su posible contratista, pero nunca llegó por él, quedando a la deriva en un lugar desconocido.
Precisamente un consignatario de hacienda reflejó la crítica situación por la falta de mano de obra rural, a lo que el trabajador indicó que no siempre se dan las condiciones dignas para vivir.