Sus compañeros de trabajo no lo podían creer, si hasta había llevado todo lo necesario para celebrar su ansiada jubilación después de tres décadas de prestar servicios en la misma empresa… Pero no pudo ser.
A sus 59 años, el italiano Michele Barco iba a pasar sus últimas horas en la empresa como trabajador activo, cuando todo se vino abajo, literalmente: inesperadamente, se desvaneció ante compañeros y amigos de la empresa Belvest, dedicada a la confección de indumentaria masculina.
Ese último día de labor, el 30 de enero último, había concurrido a la empresa con alimentos y bebidas para celebrar el momento que tanto había esperado, que Michele tanto ansiaba. Pero nada salió como esperaba: se desplomó en el lugar y falleció.
Sus compañeros pidieron ayuda y trataron de reanimarlo, pero todo fue infructuoso: un ataque al corazón, probablemente, terminó con la vida y los sueños de este infortunado hombre.