Fernando comentó en primera persona, cómo vivió el minuto a minuto luego que el hombre de 86 años, Antonino González, incendiara el fondo de la vivienda donde descansaba la criatura con su madre. La casa es de la abuela del bebé fallecido.
Por el intenso calor, la familia había decidido dormir en las afueras del hogar: “Como no hay ventilador en la casa de ella, salimos afuera a dormir.”
“A las 6 de la mañana me levanté para ir a trabajar, y en ese momento el viejo le roció nafta a mi señora y a mi bebé.”
Cuando el hombre se retiró hacia su trabajo, el vecino que atraviesa la tercera edad, desde su casa hizo volar una antorcha encendida que se prendió en segundos.
Cuando Fernando volvió a su hogar al ver llamas, dijo: “Entré y encontré a mi bebé en llamas.”
El hombre asesino tenía problemas con la abuela del bebé, porque ella iba al culto: “Usted se va a adorar al diablo”
“Entré y encontré a mi bebé en llamas.”
“Cuando vi el fuego, lo primero que hice fue agarrar a mi bebé en llamas, vi la casa envuelta en llamas. Otro vecino nos ayudó envolviendo al bebé en una toalla y llevándolo al hospital, mientras el hombre seguía tirando cosas con fuego sobre la casa.”
“Tuve que golpear al hombre para que deje de tirar cosas con fuego.”
Luego de ello el octogenario quiso quitarse la vida.
El hombre, cuando lanza la antorcha con fuego exclamó: “Que se muera ese diablo”, refiriéndose al bebé.
“Que se muera ese diablo” - fueron las palabras del asesino del bebé de 3 meses.
Fueron a la comisaría a radicar la denuncia correspondiente. El hombre mayor de edad fue trasladado a un centro donde atienden personas con problemas de salud mental, donde diagnosticaron que éste no poseía problemas mentales.
“Ni los hijos se hicieron cargo de él porque no lo querían. No les dejaba entrar en la propiedad.”
El día que ocurrió la desgracia, el bebé cumplía tres meses.
“Era mi único hijo.” - finalizó el padre del bebé calcinado.
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