Causas:
Muchas causas impulsan el desarrollo de miedos: rechazo por el propio cuerpo, ideales de placer televisivos, mandatos religiosos o puritanos, educación restrictiva, normas culturales rígidas, experiencias traumáticas de abuso sexual, violencia de género, personalidad fóbica o temerosa, falta de autoestima, ansiedad social, miedo a la crítica externa, etc.
Desde niños, la construcción de la sexualidad está condicionada por factores externos. Las creencias de los padres, la escuela y el medio cultural, son influencias potentes que rivalizan con las fuerzas internas del instinto que tratan de llegar a un acuerdo entre estos mandatos culturales y las expresiones de los propios deseos sexuales.
En “la cama” aparecen esos miedos, anclados en la historia personal, en la vinculación de pareja y en la exigencia del rendimiento según la imposición cultural.
¿Cómo se manifiesta es miedo en la pareja?
Hablar de sexo puede resultar complicado y más si nos dominan los miedos sexuales. Solo solemos atrevemos a hablar de ello cuando nos domina la frustración, desmotivación, rabia, impotencia etc.
Es frecuente sentir ansiedad o miedo a las relaciones erótica, sobre todo en los comienzos de la relación.
Los varones son los que más miedos tienen antes y durante el acto sexual. Conforme se madura, la mayoría de los miedos desaparecen porque va ganando la confianza; En el hombre desaparecen antes, pero la mujer es más propicia a desarrollar más miedos o mantenerlos.
Tanto la mujer como el varón tienen miedos y ansiedades, algunas son compartidas (temor a la enfermedad venérea o al embarazo, ejem.), aunque, no con la misma prioridad.
El varón, por su cultura “machista”, le cuesta mucho admitir y, más aún, consultar sus miedos para intentar remediarlo con ayuda.
La mujer teme que, si muestra lo que siente, pide lo que le gusta, o se mueve al son del placer, será tildada de “liberal” o de muy “sexual”.
El varón teme enormemente quedar atrás en sus exigencias de complacer a la mujer, mantener la erección durante todo el encuentro y durar mucho.
¿Cómo afrontar esos temores que rodean al sexo?
-Hablar con naturalidad: la comunicación con la pareja sobre sexo es algo esencial y que ayuda a comprender.
-Autoconocimiento: estar satisfecho con uno mismo, descubrir el propio sexo y lo que puede gustar o no a uno mismo.
-No avergonzarnos de nuestro cuerpo: comprender que el cuerpo evoluciona, envejece, y que, por lo tanto, no debe hacernos sentir mal.
-Descubrir lo que satisface sexualmente: descubrir lo que puede gustar más a cada uno de la pareja y no tener miedo a hablarlo.
-Practicar sexo seguro: tener la confianza de poder practicar sexo de forma libre y segura, evitando ponernos en riesgo.
-Conocer los límites: lo que se desea y lo que no, sexualmente hablando.
-Educación sexual: conocer el cuerpo y eliminar mitos, tabúes.
-Estar dispuestos a mejorar: estar siempre abiertos a evolucionar, a conocer más y mejor y así poder mejorar los hábitos sexuales.
-Disfrutar tanto de tu cuerpo como del de la pareja: el sexo es para vivirlo y disfrutarlo de forma saludable.
Cuando la personalidad es temerosa existe una predisposición de base para que asienten los síntomas fóbicos, en este caso el tratamiento psicoterapéutico. Y en algunos casos puede llegar a requerirse medicación inclusive.
Fuente: Diario22.ar, Medline Plus y Archivo personal
Consultor Medico: Dr. Rene A. Triviño G. - M.P. 5812 - Medicina Integrativa