Claudia trabaja desde 1994 como docente en el hospital, y por un pedido de los pediatras a cargo del sector donde ella se desempeñaba, se inició en lactancia. Varios meses ya en la labor, y embarazada de unas tantas semanas, descubrió su pasión por la lactancia luego de un suceso que ocurrió al estar cumpliendo función con un bebé en proceso de relactación.
“Cuando estaba dándole la ayuda a la mamá, me acerco, intento mejorar la prendida, y el bebé agarra mi dedo meñique, […] en ese momento me enamoré de ese bebé y me enamoré de lo que es la lactancia materna. Ese apretón de dedo hizo que yo encuentre el resto de mi vida”. - recordó la puericultora.
Luego de tan grato momento, descubrió la necesidad de capacitarse en Lactancia materna. Renunció a su primer trabajo que fue magisterio e inició su rumbo en la puericultura. Antes de llegar a ese título tan anhelado, debió recibirse de enfermera y una vez titulada ejerció la puericultura.
“nunca terminamos de estudiar, porque son mil propiedades las de la leche materna.” - enfatizó la enfermera.
Incentivó, entre otras cosas a leer la Ley de los mil días de lactancia: pensá que tenés que alimentarte por dos personas, tenés que comer los 5 colores de verduras (porque son 350 calorías las que se necesitan para generar leche), tomar 2 litros de agua y hacer un poco de caminata.
Como primer paso y primordial, es higienizar manos y pechos. Las manos con jabón antibacterial y los pechos únicamente con agua potable. Luego de ello se puede comenzar con la extracción.
Seguidamente se realizan masajes en un pecho, con las dos manos, y moviendo la mama para las 8 direcciones que posee; realizar los mismos movimientos en la otra mama. Una vez realizados los movimientos masajeadores característicos, se puede ver cómo del pezón comienzan a brotar gotas de leche, eso significa que la teta fue bien estimulada. Se puede continuar con la extracción manual o bien con la utilización de bomba extractora, que se encuentra disponible en el banco de leche del hospital.
Cabe resaltar que la primera gota de ambas mamas, se desecha, porque contiene muchas bacterias propias de la leche y la mama, que ayudan a la limpieza del pezón y la areola. Luego de la expulsión de esa primera gota, se inicia la extracción.
“Es una labor muy gratificante.” – finalizó la puericultora Farías e instó a todas las madres en potencia a donar leche materna.