Los cuatro escultores trabajaron en la Plaza Juan Bautista Alberdi y fueron Lelé Trabb, la santiagueña la que eligió piedra, un trozo de travertino de San Luis, Jorge Balassi de Formosa eligió el hierro, en tanto que los chaqueños Manuel Benitez (Tirol) y Miguel Angel Acosta (anfitrión) lo hicieron con el algarrobo.
Lelé Trabb creó “Vida” obra que “abre espacios, confronta y potencia fuerzas en una especie de sinergia que fue tomando forma en el dibujo y luego en la piedra, llegando a su nombre al final del trabajo”, contó.
“Venir a San Bernardo es una experiencia muy bella porque me encontré con la simpleza del pueblo y el afecto de la gente que se dio en un instante, yo tenía referencia de el por boca de mi amigo Miguel Angel, con quien compartimos trabajos inclusive en el extranjero, es realmente la vivencia que me llevo de este pueblo, una maravilla, porque lo único que recibimos es afecto y cariño de la gente, y le dejamos parte de nosotros, que es nuestra obra”, sostuvo la mujer que por razones de fuerza mayor no pudo quedarse para el acto central, por lo que concluyó su obra y viajó.
Jorge Balassi le dio forma al “Hombre Arado”, juntando metales de distintas partes, lo que se denomina “chatarra”, dándole forma de “ser mimetizado con la tierra y el trabajo, la fuerza de un hombre transformado en herramienta y la herramienta transformada en hombre, eso es lo que vi en San Bernardo mucho trabajo que habrá sido su difícil inicio y la continuidad en estos años de vida”, dijo.
Es realmente placentero haber conocido este pueblo y su gente, da mucho gusto que se acerquen y se interesen por lo que uno hace desde años atrás y que va migrando de material en material, es muy bueno poder expresarse a través de esto y espero que lo que se formó hoy con estos metales, cause el efecto que deseamos, el agrado a la vista y la significación de algo”, cerró el amable formoseño.
Los del Chaco coincidieron en la madera, Manuel Benitez creó “Renacer” y el Sambernardino “Vivencias”, trasladando a la gente la simpleza del entendimiento por lo realizado, Miguel Angel Acosta por su parte dijo “cuando uno está esculpiendo para un jurado, sabe que hay parámetros que cumplir, en cuanto a plástica y estética por la mirada crítica de quienes deciden por la obra de uno, en cambio en estas ocasiones, trato de transmitir a mi gente la simpleza de la obra pero con toda la libertad de saber que estoy dejando algo más que una escultura, sino parte de mi a mi San Bernardo”.
“Es un placer poder venir con mis colegas a mi pueblo y dejar obras, es una iniciativa muy generosa e inteligente de quienes tienen a su cargo el municipio, que le dieron mucha revalorización a la cultura en todas sus formas”, dijo.
Al preguntarle si el nombramiento como ciudadano ilustre y la posibilidad de dejar también su arte acá era una reivindicación, no dudó en afirmar “si, porque es como una deuda pendiente que tenía yo con mi pueblo y que me permitan hacerlo lo tomo como una reivindicación, pero no conmigo, a mi me halaga ser ciudadano ilustre, sino con la cultura y con la gente, que merece ver esto que está viendo, y conversar con los escultores que exclusivamente vinimos a dejar nuestros trabajos para ellos”, cerró.
Manuel Benítez, residente en Resistencia y de Puerto Tirol, dijo sentirse muy a gusto en este “pueblo de casas bajas, limpio, ordenado y de gente muy tranquila y agradable, fue un gusto ser invitado por mi amigo Miguel Ángel a dejarle al pueblo que el tanto quiere, una de nuestras obras”, sostuvo.
“Si bien no es lo mismo el taller de uno donde se trabaja con más tiempo y con soledad, es bueno también interactuar con la gente y conversar de cosas que tienen que ver con lo que hacemos, es muy linda experiencia la que pasamos acá en San Bernardo, cerró.