Después del espectacular recital, el periodista de RADIO 21, Boris Baluk, mantuvo una muy breve y amena entrevista con este ser tan especial que derrama una vitalidad contagiosa.
María Ofelia sostuvo “compartimos un momento de alegría y comunicación en Villa Ángela, ciudad que conocía y a la que encontré hermosa con muchos lugares nuevos, embellecida en un montón de lugares y de la cual tengo muchos buenos recuerdos y afectos, especialmente de uno de sus habitantes, Luis Landriscina, quien una vez me honró escribiendo en la contratapa de un disco mío y por lo cual estaré eternamente agradecida”, dijo la artista.
“Estuve aquí en varios festivales folklóricos cuando el folklore estaba en su apogeo, lo que debemos rescatar nuevamente, pero esencialmente quisiera volver a Villa Ángela a cantar y a pasar nuevamente un momento tan grato, por ahí con mas público ya que hoy los integrantes de la tercera edad les ha tocad un día lluvioso y además no se practicó desde los centros de jubilados la correspondiente difusión de este evento gratuito”, señaló.
“Creo que es la única versión grabada por una mujer de La Oma, la cual quiero volver a grabar, porque es una canción que me agrada mucho cantarla”, dijo. Un momento de emoción que vivió la artista fue cuando el Padre Julián Duarte pasó hasta el escenario y recitó mirándola, un poema que tenía mucho que ver con el Padre Celestial diciendo “soy una persona que se emociona mucho cuando se hablan cosas tan profundas que involucran la fe, el entusiasmo y a ese ser barbudo que siempre nos tira una soga, me dije, voy a cantar algo que tenga que ver con Dios, y fue entonces que canté Solo le Pido a Dios en guaraní, así lo sentí, que también es la única versión que hay en ese idioma”, dijo.
“Me llevo el cariño, el afecto los abrazos, pero por sobre todas las cosas me llevo el respeto de la gente, a fin de cuentas, ese es mi objetivo en la vida, llegar a la gente, por eso empiezo cantando El Catar de Mi Gente, porque eso soy, tiene que ver con mi personalidad, la hice sintiendo lo que amo, llegar a la gente”, confesó.
Finalmente y como si no fuera ella misma con la candidez con la que cautivó al publico, o con la naturalidad con la que invitó al secretario de cultura Hector Bernabé a bailar un chamamé, o con la que besó y se fotografió con lodos los que se acercaron, nos dedicó una estrofa del mítico Felicidades, bien de mi vida…, dejando subrayada su firma de misionera de San Antonio que jamás dejó de lado la sencillez del interior ni su acento. María Ofelia Pasó por el Chaco, pasó por Villa Angela y sorprendió por el brillo de su ser.