María Ángeles Bonmatí: "Hay quien dice que cuanto más duerme, menos vive. Está totalmente equivocado"

La investigadora en cronobiología publica ‘Que nada te quite el sueño’, una defensa acérrima del buen dormir como pilar fundamental de la salud.

Educacion-en-redes 25-03-2023 14:21:18

La mitología, la religión y el arte en todas sus vertientes están repletos de referencias al sueño y a la dificultad para conciliarlo. Escritores como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Juan Rulfo o Sylvia Plath padecieron insomnio y hablaron de él en sus obras. Franz Kafka también narró en sus cartas sus problemas para dormir, que dieron lugar incluso a un estudio científico publicado en The Lancet que intentó analizar la influencia que el insomnio podría haber tenido en la obra del autor checo.

 

 

“Ha habido autores muy prolíficos y exitosos que han padecido insomnio. Se tiende a pensar, por ejemplo, que la obra de Kafka está muy condicionada por ese insomnio. Pero también podemos preguntarnos qué no hubieran hecho estos genios como Kafka si hubiesen tenido un buen descanso, qué nivel hubiesen alcanzado sus trabajos sin esos problemas”, reflexiona María Ángeles Bonmatí (Murcia, 36 años), doctora en Fisiología por la Universidad de Murcia e investigadora en el ámbito de la cronobiología. En su libro Que nada te quite el sueño (Crítica, 2023), Bonmatí hace una defensa acérrima del sueño y el buen dormir como pilar fundamental de la salud. “Los casos en que se pueda extraer un beneficio artístico e incluso económico de la falta de sueño son contados”, dice.

 

Pregunta: “Dormir es distraerse del mundo”, escribía Borges en Funes el memorioso.

Respuesta: En determinados contextos parece que ha calado esa idea de que dormir es un tiempo perdido, un tiempo improductivo, porque mientras dormimos ni producimos ni consumimos. Parece ser que eso va en contra de lo que exige el mundo en el que vivimos.

 

P. A veces parece incluso que hoy dormir poco fuese hasta una cuestión de estatus.

R. Yo recuerdo que cuando era adolescente tuve a un profesor que presumía delante de nosotros, sus alumnos, de que dormía muy poco, no más de cinco horas diarias. Nos decía que cuanto más dormía, menos vivía. Es una visión totalmente equivocada. Hay personas, es cierto, que necesitan dormir menos y que probablemente con cinco horas de sueño estén bien, pero eso no significa que la población tenga que marcarse eso como objetivo. Al contrario. Para la mayoría de la gente dormir poco va a suponer ser mucho menos productivo en su día a día y tener sus capacidades físicas y cognitivas mermadas.

 

 

P. Al respeto de la productividad, explica en el libro que tener a la población muerta de sueño no es, en todo caso, una alternativa muy rentable.

R. El mal sueño de los ciudadanos supone un coste de entre 50.000 y 60.000 millones al año en países como Reino Unido o Alemania, lo que supone más del 1,5% del PIB de estos países. Es evidente, como decíamos, el impacto de la falta de sueño sobre la productividad, pero también sabemos perfectamente que el sueño de mala calidad va unido a la aparición de un gran número de enfermedades, lo que implica unos costes económicos importantes. Así que bienvenido sea este argumento para destacar la importancia del sueño, porque mucha gente no entiende más allá de los datos económicos.

 

El mal sueño de los ciudadanos supone un coste de entre 50.000 y 60.000 millones al año

 

 

P. “La vida es sueño”, titula el segundo capítulo de su libro.

R. Es que no se puede entender la vida sin el sueño. Por eso introduje también un capítulo sobre el sueño en otros animales, para transmitir esa idea de que el sueño, pese a presentar una serie de desventajas (nos desconecta del medio y reduce nuestra capacidad de reacción), es un proceso fisiológico fundamental. De lo contrario, no se hubiera conservado a lo largo de toda nuestra evolución como especie.

 

 

P. Este año el Día Mundial del Sueño se celebra bajo el lema “el sueño es esencial para la salud”. ¿Cómo perjudica a nuestra salud dormir poco?

R. Teniendo en cuenta que el sueño es fundamental para que todo nuestro organismo funcione correctamente, su carencia va a afectar a todos nuestros procesos fisiológicos. Por ello, dormir poco se ha relacionado con la aparición de enfermedades metabólicas y de enfermedades cardiovasculares, con una mayor propensión al desarrollo de enfermedades infecciosas o con mayores probabilidades de padecer determinados tipos de cáncer y de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer. Y a eso hay que añadir el tema de la salud mental, con la que el sueño guarda una relación bidireccional: si hay falta de sueño, tarde o temprano acabarán apareciendo problemas de salud mental, pero muchas veces los problemas de sueño también son un síntoma de que algo no va bien con nuestra salud mental. De hecho, en muchos casos de depresión o ansiedad, los problemas con el sueño son uno de los primeros síntomas que aparecen.

 

 

Diario22.ar con información de El País.



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