¿Cuál es el origen y evolución del corcho?

El corcho tiene una relevancia superlativa en la viticultura: es el guardián del vino mientras dura su vida en la botella. El corcho proviene de la corteza del alcornoque, que es un árbol muy longevo y de madera durísima. 

Preguntas_tontas 29-07-2022 09:16:43

Los principales productores del mundo son Portugal y España, seguidos por Marruecos, Argelia, Italia, Francia y Túnez. La extracción del corcho se realiza en el árbol cada 9 años aproximadamente, haciéndose el primer alrededor de sus 30 años de vida.

Se estima que el monje francés descubridor del champagne, llamado Dom Pérignon, fue quién utilizó por primera vez (cerca del año 1.670) el corcho como tapón, luego de experimentar con diferentes materiales que fuesen capaces de contener la gran presión que se creaba dentro en sus botellas. Hasta ese momento, se usaban tacos de madera envueltos en fibra o lacres para tapar las botellas, los cuales distaban mucho de ser efectivos.

El buen corcho debe poseer: flexibilidad, impermeabilidad, adaptación y longevidad. La estructura celular única de la corteza del alcornoque, hace que el tapón de corcho logre, tenga una idoneidad; Su parte lateral, cuando está en el interior de la botella, tiene en contacto con ella cerca de 35 millones de microventosas. Es resistente y liviano, flotante, no es tóxico ni contaminante, y convive perfectamente con el vino.

Dos de los requisitos esenciales para la correcta guarda del vino se centran en el corcho. Ellos son: un ambiente con una humedad en torno al 70 %, y la posición horizontal de las botellas. Ambas medidas son para evitar el resecamiento del corcho y mantener sus cualidades, una desde el exterior y la otra desde el interior, por el contacto con el líquido. Básicamente, allí radica la importancia de la recomendación de estibar las botellas "acostadas".

Un corcho que realice su trabajo de la manera correcta, colaborará con que el vino evolucione en forma exitosa, pausada y armoniosa, permitiendo durante un determinado periodo de tiempo el ingreso de ínfimas porciones de aire a la botella, evitando un ámbito totalmente reductivo, y sirviendo de barrera óptima como contenedor de la bebida. Además, por supuesto, de participar en el clásico ritual del descorche, con su característico sonido.

Existen alternativas a los tapones de corcho, que cada vez van cobrando más fuerza en el mercado, sobre todo en el caso de los vinos jóvenes pensados para un consumo dentro de sus primeros años de vida. Se trata de los tapones sintéticos (los cuales ya poseen distintas formas y colores) y las tapas a rosca. Bajo ningún concepto se debe entender que un vino que utilice estos cierres será de inferior calidad que otro similar que utilice corcho. Lo que sucede es que aún no se cuenta con suficientes años de experiencia para aseverar firmemente que pueden reemplazar al corcho, y además hay una cuestión cultural de costumbres: el vino se descorcha, no se destapa.



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